Misión Evangélica: La Diversidad

El mundo en el que vivimos, nos movemos y somos, es un lugar de diversidad. Nuestro mundo es «nuestra casa común», dentro de ella tenemos «Derechos». Por ejemplo, los derechos humanos que tenemos todos por el simplemente hecho de ser una persona humana.  Todas las personas son valiosas e importantes. Los derechos humanos son universales, sin importar nacionalidad, sexo, religión, preferencia sexual o política. El objetivo es garantizar la libertad, la igualdad de condición y la solidaridad.

 

La libertad religiosa es «la libertad de expresar o no expresar la vivencia diaria de mi credo o fe, en la religión que decidí adoptar”. Esto es conocido como la libertad de pensamiento, de conciencia y religión. Lo que “yo soy, hago, pienso y expreso”, está determinado por mi manera de creer y mi manera de creer está determinada por mi conciencia.

 

Es de lamentar que, a pesar de esta ley, se dé en nuestros días persecución religiosa en diversas dosis y de diversas maneras, en diferentes partes de México. La intolerancia viola el respeto a las diferencias de credo. La libertad religiosa es un derecho humano fundamental, dónde la tolerancia es necesaria para armonizar el mundo de diversidad. Esta libertad religiosa está relacionada con la libertad de conciencia, libertad de culto, libertad de expresión de culto, el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, consientes con sus conversaciones. Así se expresa en la declaración universal de los derechos humanos, Artículo 18:

 

«Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de conciencia, así como la libertad de divulgar su religión y sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado.”

Y nuestra Carta Magna, constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos profesa en el artículo 1o. Párrafo 5:

“Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género la edad, las discapacidades, la condición social las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra dignidad humana y tenga por objeto anular o menos cavar los derechos y libertades de las personas.”

Es pues de condenar, la intolerancia religiosa, falta de respeto y agresión que pueda darse a cualquier persona y en cualquier parte del mundo alterando la paz y pasando sobre los derechos humanos.

Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino, del buen camino de Dios. SJ. Carlos Cesar González Cruz

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