Misión Evangélica: El tiempo en el tiempo

La vida concluye en la muerte. La muerte es el final de la carrera llamada vida.

Mientras se está en ella, la muerte ronda. Puede estar tan cerca, rozar, empujar, soplar, pero no tira. Lo hará cuando la carrera de la vida termine.

Cadáver viene de «caer», caerse muerto.

Cuando se llega a la meta, ya no se continúa, no se puede.

En otras palabras, cuando el cronómetro se detiene, la vida se detiene, llega el fin y se muere. La muerte cesa la vida.

Mientras el cronómetro cuenta el tiempo que pasa, se vive; ya sea enfermo, con problemas, dificultades, en agonía o en placeres.

Dios tiene su propio tiempo, se llama «el Kairós». Cuando llega el Kairós, desbarata nuestros planes en el cronos, nuestras intenciones en la vida, se muda para ya no ser nosotros en el cronos sino Dios en nosotros con su Kairós.

El Cronos nuestro es cambiado por el Kairós de Dios. El tiempo de Dios renueva nuestra vida haciendo un jiro de 180° que nos lleva a una conversión total, dándonos más vida en la vida y más tiempo en el tiempo.

El tiempo de Dios nos hace «Doulos, siervo de Dios».

El cronos nuestro pudo hacernos «señores, oligarcas, amos»; con el Kairós podemos ser «siervos de Jesucristo». Siervos para cuidar a la familia, los hijos, la esposa; siervos para servirnos unos a otros; siervos de Dios en Cristo Jesús.

Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Corintios 4:1-2.

Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino de Dios. Ps. Carlos César González Cruz.

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