Misión Evangélica: Cosas que pasan, solo pasan
El pobre de Inocencio vació su corazón, era necesario, se había vuelto neurótico e insoportable.
_ Primo, ¿Qué te está pasando? Traes el diablo encima, ¡Hasta por una mosca que vuele cerca de ti, te enojas! _.
_ Razón tengo primo, tengo muchos problemas, y llego a la casa para descansar, y allá encuentro cosas peores_.
_ Comenta primo, a ver si te puedo ayudar__
El primo, durante una hora me contó sus problemas de trabajo y terminó diciendo: _ Llegué a la casa a comer; cuando acabé, mi mujer se sentó a comer su comida, para ella el mejor pescado, con aderezo, mayonesa, aguacate, salsita de chile habanero y su refresco. ¡Mira nomas! Yo trabajo como burro, de mí sale lo que se come en casa, y el pescado que a mí me sirvió, fue chiquito, frio, tortillas sin calentar y un vaso de agua natural al tiempo. Primo, reventé de coraje y le dijo todo lo que había guardado en el corazón por muchos años__.
Traté de consolar mi querido primo, mostrándole el simple sistema social que tenemos. En teoría vivimos en un país democrático, se supone que todos somos iguales, no hay ciudadanos de segunda ni de tercera; la impartición de justicia es igual para todos, los puestos gubernamentales se ganan por la confianza, el rendimiento y la productividad, la policía está para cuidar y proteger; el lema del gobierno en turno es “No robar, no mentir y no traicionar; los buenos están para combatir a los malos, etcétera.
Lamentablemente, las pobres mujeres que trabajan, pese a rendir mas y trabajar con mayor responsabilidad, ganan menos, son objeto de acoso sexual y ganan menos que los hombres; en los tribunales se cometen los grandes actos de injusticia por muchos jueces, la gente obtiene puestos de privilegios no por sus estudios o por merecerlos sino “por palancas”; muchos policías tienen nexos con la delincuencia; y seguido oímos servidores públicos que viven en una “elite oligarca dorada”; son intocables, comen de lo mejor, gozan de grandes privilegios que ofende a la dignidad de la mayoría de mexicanos que comen vísceras, patas y tripas de pollo, hígados y tripas de res, sopas instantáneas y cosas similares. Lo mejor que produce nuestro país, se va a nuestro país vecino.
_ Solo estamos de paso y de paseo primito, cuando quieras comerte un rico pescado o unos ricos camarones, dime y te los preparo yo mismo_.
Me fui pensativo, ¿Será que esto me hacen a mí también en la casa? Con eso de “Primero mis dientes y luego mis parientes”
«Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas». Mateo 7:12:
¡Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino! Ps. Carlos César González Cruz.