
Miles se despiden del Papa
Recibe el Vaticano a multitudes de fieles.
Vaticano
Por Agencias
En una postal que mezcla la solemnidad milenaria con la hiperseguridad del presente, miles de personas formaron largas filas este jueves para presentar sus respetos al Papa Francisco, cuyo cuerpo yace en estado en la Basílica de San Pedro. En el segundo día de actos fúnebres, la Plaza de San Pedro se convirtió en un río humano donde la devoción y el silencio se mezclaban con el murmullo de rezos. La Santa Sede contabilizó más de 61 mil visitas en las primeras 26 horas, y debido a la gran afluencia, los horarios se extendieron incluso más allá de la medianoche.
Desde las primeras horas del día, la fila serpenteaba hacia el norte del Vaticano por más de dos kilómetros. Algunos fieles, con rosarios en la mano y lágrimas en los ojos, esperaron hasta tres horas para ingresar al templo. El cuerpo del pontífice, envuelto en una tela roja sobre un sencillo féretro de madera, evocaba la humildad con la que vivió su papado. Las visitas continuarán hasta el viernes por la noche, antes de que se cierre el acceso para preparar el sepelio previsto para el sábado a las 10:00 horas locales.
La despedida de Francisco ha movilizado no sólo a los fieles, sino a una amplia representación de líderes mundiales. Al menos 50 jefes de Estado o de gobierno, junto con diez monarcas, confirmaron su asistencia a la ceremonia. Entre ellos, el presidente de su natal Argentina, Javier Milei, así como mandatarios de Estados Unidos, Brasil, Francia y Ucrania. El despliegue diplomático sin precedentes ha obligado a Roma a implementar un operativo de seguridad de altísimo nivel.
Más de dos mil policías locales se desplegarán, reforzados por miles de agentes nacionales. Drones de vigilancia, francotiradores, patrullas fluviales en el Tíber y un sistema antiaéreo completan la estrategia de seguridad, según informaron fuentes oficiales. El funeral será transmitido a nivel mundial y se estima que al menos 200 mil personas se congregarán en la Plaza de San Pedro para el último adiós.
Tras el funeral, el cuerpo de Francisco será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor, donde eligió descansar eternamente. La sencilla tumba, marcada únicamente con la inscripción Franciscus y una cruz del Buen Pastor, estará abierta al público desde el domingo por la mañana. La elección del lugar no fue casual: ahí se encuentra la Virgen Salus Populi Romani, una de las advocaciones marianas más queridas por el Papa.