‘ME vale la ecología’
Por Mario Morales Cruces > Quequi
Pese al reiterado e indefendible solapamiento por parte de la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente (Profepa), es irrefutable el grave delito ambiental cometido por el hotel ME, que avanza a todo vapor sus obras de expansión, sin importarle la clausura impuesta por vulnerar el entorno natural.
La construcción de dos enormes edificios sobre la duna costera por parte de este complejo hotelero, propiedad de Daniel Araf, ha continuado casi de forma ininterrumpida desde pocos días después que se le impusieran sellos de clausura, pues esta obra fue iniciada sin permisos ambientales, en una zona que es de anidación de tortugas, a muy corta distancia de la laguna Nichupté. Pese a ello y a las repetidas denuncias en medios y ciudadanas, incluso ante la PGR, la Profepa se ha negado a actuar conforme a la ley; al contrario, emitieron un comunicado, el 16 de diciembre, señalando que la clausura permanecía intacta, lo que era una falsedad, pues incluso los sellos exteriores ya no existen.
Ante el prolongado silencio de la cómplice delegada, Carolina García Cañón, se contactó con el coordinador nacional de comunicación social, Isaac Lira, quien al enterarse de esta denuncia, en lugar de pedir investigar, optó por desprestigiar a los medios de comunicación y acusarlos de publicar “fotos de archivo”.
También hizo llegar una ficha técnica en la que reitera que la clausura sigue en pie y el hotel tiene hasta el viernes para presentar el permiso ambiental (que no tiene) o una excepción al mismo (que sería contraria a la ley).
Ante ello, este medio acudió a la polémica obra para constatar que se continúan violando los sellos federales, lo que es un delito grave que se paga con cárcel. Ya se añadieron varillas metálicas a la estructura, que no estaban presentes al momento de clausurar y que prueba que las imágenes son actuales.
Con estas innegables pruebas, que incluyen un video de los trabajos con un periódico del día, se acudirá hoy ante la PGR para que proceda tanto contra el hotel, su dueño y contra los funcionarios que delinquen por omisión.
De acuerdo a la propia Profepa, la construcción emprendida sin permisos ambientales deriva en responsabilidades penales, además de administrativas. En su momento, se constató que no existía una Manifestación de Impacto Ambiental, lo que hace imposible que el ME pueda presentar algún documento en el plazo estipulado. Tema aparte es la violación a los sellos, ampliamente demostrada, que es otro delito ambiental grave, que deberá ser sancionado con pena corporal.