Más de mil víctimas por violencia

Secuelas por la ruptura del Cártel de Sinaloa.

Por Agencias
Ciudad de México

La ruptura entre las facciones del Cártel de Sinaloa, conocidas como «Los Chapitos» y «Los Mayitos», ha desencadenado una ola de violencia en el estado de Sinaloa desde el 9 de septiembre de 2024. En estos 100 días, se han registrado al menos 650 homicidios dolosos y 695 desapariciones, afectando a civiles, policías y militares.


Los enfrentamientos entre ambas facciones han resultado en la muerte de 650 personas, incluyendo 46 abatidas en choques con fuerzas militares. Estas cifras no incluyen hallazgos en fosas clandestinas ni osamentas descubiertas en el mismo periodo.


El 21 de octubre fue particularmente violento, con 25 homicidios reportados, 19 de ellos durante un operativo para capturar a Edwin Antonio Rubio, alias «El Max», identificado como operador de «El Mayo» Zambada.

Desapariciones y otros delitos
Hasta el 9 de diciembre, se reportaron 695 personas desaparecidas; de ellas, 82 fueron encontradas sin vida y 372 siguen sin ser localizadas. Además, el robo de vehículos ha aumentado significativamente, con alrededor de 1,500 unidades despojadas en medio de esta lucha interna.


En las últimas semanas, se ha observado un incremento en ataques a viviendas y establecimientos clandestinos, como dispensarios de drogas o minicasinos, muchos de los cuales han sido incendiados, intensificando el clima de inseguridad en la región.

Detenciones recientes
El 17 de diciembre, en Badiraguato, Sinaloa, fue detenido Hernán Domingo Ojeda López, conocido como «El Mero Mero» y supuesto tío de Ovidio Guzmán, por su presunta participación en el tráfico de fentanilo y crímenes organizados.


Asimismo, el 14 de diciembre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó la detención en Estados Unidos de Dámaso López Serrano, alias «El Mini Lic», hijo de Dámaso López Núñez, en medio de la crisis de violencia en Sinaloa.

Impacto en la comunidad
La violencia ha sumido a ciudades como Culiacán en un estado de terror permanente, afectando la economía local, provocando el cierre de negocios y dejando a cientos sin empleo. La lucha entre estas facciones ha transformado la vida cotidiana de los ciudadanos, generando una crisis humanitaria significativa con miles de desplazados internos.


La situación en Sinaloa refleja la complejidad y el desafío que representa la fragmentación de los cárteles en México, donde las disputas internas derivan en escaladas de violencia que afectan gravemente a la población civil.

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