Maquillan multas para despojarlos
Por Patricia Martínez>Quequi
Cuando Don José Guadalupe Cahum Uc, se asentó al margen de lo que nombró Laguna Chabela, pensó brindarle tranquilidad y vida próspera a su descendencia; 30 años después, la opresión y amenazas de muerte, así como notificaciones por multas de miles de pesos (emitidas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), son medios para maquillar un despojo de sus tierras, así como de otras familias que viven en torno a Punta Laguna, un área protegida que ellos impulsaron con el fin de preservar el entorno natural.
El ejido es muy grande, cada padre de familia formó su propia aldea en acuerdo con vecinos de respetar medidas y colindancias de un kilómetro, explicó Efraín Cahum Cahum, uno de nueve hijos de Don José y Aurelia Cahum Balam, que hacen agricultura, crianza de aves y producción de miel para vivir, aunque su alma no tiene tranquilidad tras las últimas visitas de inspección realizadas por Enrique López Trujillo, a nombre de la Profepa, quien con arma de fuego, retó a Efraín a oponerse a su voluntad, de entrar a Laguna Chabela por la fuerza.
Cabe mencionar que las familias mayas que se establecieron alrededor de Punta Laguna, impulsaron el decreto de Reserva Natural de Punta Laguna, nombrada Otoch Ma´ax Yetel Kooh, que en su propia lengua quiere decir “La Casa del Mono y el Puma”. En sí, todos dominan el Programa de Conservación y Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna, por ello les son extrañas las multas superiores a 30 mil pesos por delitos “sembrados”.
En ese tiempo, el hermano mayor de la familia Cahum, Elías, era delegado en el ejido Valladolid, “se planteó bien el proyecto, escuchando la voz de los hombres sabios de las familias y de los hijos que, sintiéndose obligados a salir a Playa del Carmen y a Cancún a trabajar en la industria turística, tuvieron la visión de detonar un proyecto turístico sustentable, protegiendo y compartiendo el tesoro natural y cultural que tenemos”, narró Efraín al hablar del patrimonio.
La reserva fluyó y se concretó fácilmente, sin embargo, a los ojos de ciertos grupos cayó de peso años después. En el 2005, integrantes del Ejido acordaron realizar un proyecto turístico en Laguna Chabela, propiedad de los Cahum, tratando de obligarlos a firmar, “en ese entonces funcionarios de la Procuraduría Agraria de Valladolid le comentaron a mi hermano, qué le pagarían por desarrollar el proyecto turístico en nuestra propiedad, a lo que nos negamos”.
El acoso que sufre la familia Cahum es por el valor de la laguna y su entorno, un punto donde predomina la quietud; en la superficie del agua se pueden apreciar lirios en flor de diferentes tonalidades y si bien, la transparencia invita a nadar, se debe tener respeto a los cocodrilos, que conviven con peces y caracolas, alimento de pájaros, entre ellos águilas y zopilotes de gran dimensión que son observadas al planear sobre Laguna Chabela.
En ese entonces los hermanos menores de Elías estaban dedicados al estudio, pero los objetivos y pensamientos cambiaron y sólo Cecilia, una de las hijas menores de Don José y Aurelia, logró terminar la carrera de Biología en la Capital de Quintana Roo, en Chetumal, “nosotros tuvimos que volver a casa, dejar de estudiar, ante el temor de ser despojados de lo más sagrado que tenemos, de nuestra única herencia, de lo que es para nuestros hijos y deseamos sea para nuestros nietos, la tierra, nuestra raíz”, dijo Efraín, con un nudo en la garganta.
Él comparte que la forma en que acuden las autoridades es “como si tú y tu familia hubieran asesinado a alguien. Te sientes de esa forma, pues la autoridad se presenta con un citatorio, uno y otro años, las amenazas van en incremento y uno teme andar en el monte, en la calle; mis hermanos que viven en la ciudad también”, manifestó Efraín Cahum.
Durante el 2012, llegaron tres citatorios más y acudieron delegados de Mérida, de la Reforma Agraria, otra vez a negociar para ponerle solución a la problemática, ya que responsabilizan de los bloqueos a Elías, el hermano mayor, “acusaciones falsas, que son respaldadas por un grupo de ejidatarios, que invadieron parte de nuestra propiedad y que en dos ocasiones han bloqueado el libre paso a la Laguna a nuestra familia.
La primera ocasión con piedra y una segunda vez al construir una barda que no es observada por la Profepa, así como la tala de chicozapote, que es una de las especies protegidas, por estar en riesgo y con la que dicha familia construye un mirador al pie de Laguna Chabela, “esos detalles si no son vistos, pero cualquier actividades que realizamos nosotros los Cahum, esos sí tienen consecuencias”, externaron.
Cabe destacar que ésta familia, gracias a Cecilia, la hija menor y bióloga, ha bajado recursos para tres proyectos productivos que están en activo, uno es la producción de miel de la abeja Melipona, que cada año da cosecha y que es comercializada, así como la siembra de hortaliza en la que rábano, cilantro, maíz, tomate, chile, plantas de aroma y medicinales, permiten sacar el día a día, además del proyecto de reforestación, que va avanzando con un notable éxito.
De ahí que otros mayeros, como es el tío de Elías y Efraín, saquen para pagar los sobornos de los funcionarios, al presentarse con citatorios y amenazas de que serán desalojados de sus propiedades.
“Mi pregunta siempre será la misma, ¿Cuál es el delito que cometí? Pensar en la herencia de mi linaje y de otras familias de mayeros”, se cuestionó, “Nosotros sólo estamos buscando la forma de sobresalir, no vemos a otros con envidia, por el contrario sabemos que el compartir nos ayuda a ampliar nuestro conocimiento, no estamos robando, ni molestamos a la gente en otros pueblitos o rancherías”, dijo Elías, quien no olvidará que por primera vez escuchó que ocasionó problemas, tras el impulso de conservar e impulsar la reserva natural del mono y puma.