Luchan contra la trata

 

Al externar su preocupación porque en cada estado y municipio de México, sus autoridades den continuidad a las acciones que se requieren para prevenir y erradicar la trata de personas, la presidenta de la Comisión Unidos contra la trata, Rosi Orozco, afirmó en entrevista con Odalis Gómez  Millar, conductora titular del programa radiofónico «¿Y los Jóvenes Qué?», dijo que ha sido de gran valía el apoyo que el hoy gobernador electo de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, dio cuando se desempeñó como diputado federal, a la ley que castiga este tipo de acciones, por lo que confía que Quintana Roo será ejemplo de su aplicación, en favor de la protección de los ciudadanos.

 

Durante una visita realizada a las instalaciones del Grupo Quequi, la ex legisladora federal y gran impulsora a nivel nacional de la lucha contra la trata de niñas, niños y jóvenes, afirmó que es importante que sea precisamente la juventud  quien pueda tomar interés y dimensionar  la gravedad  de este ilícito, que se da bajo al menos once modalidades, y con ello prevenirse y prevenir su incidencia.

 

Al hablar sobre la Lay Contra la Trata de Personas, que en México acumula un alto número de sentencias, indicó que considera castigos contra actos como la exportación sexual, laboral, mendicidad forzada,  matrimonios forzados, extracción de órganos y la utilización de menores de edad para actos delictivos o venta de drogas.

 

Dijo con gran optimismo, que el trabajo legislativo que en su momento emprendió Carlos Joaquín, quien fue su compañero en el Congreso de la Unión, sumado a su calidad como persona, serán de gran ayuda para salvaguardar los derechos de los niños y las niñas  de Quintana Roo.

 

Rosi Orozco, dijo que su experiencia más impáctate y desgarradora, en su trabajo de lucha para combatir la trata, fue el haber conocido  el caso de Zunduri, una joven que fue esclavizada, vejada, agredida y cautiva durante cinco años en una tintorería de la Ciudad de México, lo que le provocó graves daños físicos y psicológicos, debido a que la mantenían encadenada y sin probar alimento, lo que en su desesperación, se veía orillada a comer bolsas de plástico.

 

Dijo que afortunadamente, gracias al apoyo de diferentes organizaciones y autoridades, esta joven tiene ahora una nueva oportunidad de vida, al habérsele regalado un departamento y brindado la oportunidad de continuar sus estudios y ser activista, «con lo que  se das una muestra palpable, de lo mucho que vale cada ser humano».

 

Al dirigirse a los jóvenes quintanarroenses, Rosi Orozco, dijo que si cada uno adquiere la capacidad de ver a los seres humanos como iguales a nosotros, podremos juntos, eliminar de nuestro país una práctica que nos denigra y deshumaniza a todos.

 

Por Raimon Rosado>Quequi

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