Los estaban esperando sicarios
Por Redacción > Quequi
Cancún
La Fiscalía General del Estado (FGE), guardo total hermetismo sobre el caso de los dos agentes ministeriales, presuntamente relacionados con la delincuencia organizada, ejecutados la noche del pasado sábado cuando salían de la Gran Plaza.
Julio César Durán, (a) “Chilango”, comandante de Playa del Carmen y su esposa Alia Shagreel Lugo Leal, comandante de atención contra la mujer, asignada también a Playa del Carmen, fueron acribillados en el estacionamiento de la plaza de varios disparos incluyendo el famoso “tiro de gracia”, con el sello del narco.
De acuerdo con las primeras investigaciones de sus mismos compañeros, ministeriales, “El Chilango” iba con su mujer la comandante Shagreel, su hija de 15 y un hijo de 14, además de una sobrina del ministerial fallecido que llevaba a su bebe de ocho meses y otro niño de tres años.
La familia salió del restaurante la Casa de los Abuelos y al encontrarse en el estacionamiento los sicarios le dispararon primero al “Chilango, lo remataron con disparos en la cabeza y después se fueron contra Shagreel, quien llevaba al sobrino del César de ocho meses que también resultó herido.
En tanto la sobrina del ahora fallecido escondió al niño de 3 años atrás de un carro y los hijos de “Chilango” y Shagreel salieron corriendo, fue entonces que la sobrina corrió para buscar a su bebé y ver que está herido se lo llevó en un taxi al hospital donde minutos más tarde murió.
Los hijos de “Chilango” y Shagreel, no supieron de su tía hasta horas después porque corrieron al ver que sus padres habían sido ejecutados a quemarropa en el estacionamiento de la Gran Plaza.
Por el momento se desconocen las heridas que recibieron ambos ministeriales, pues sus cuerpos aún no han sido entregados a sus familiares, puesto que las personas que son acribilladas tienen que permanecer 24 horas bajo investigación y posteriormente se hacen la entrega de los cuerpos.
El “Chilango” quien estuvo como comandante del grupo de aprehensiones y de la Zona Hotelera ya había sido amenazado al igual que decenas de ministeriales por su presunta relación con el crimen organizado.