Los dejan ciegos y no les reparan el daño

ISLA MUJERES.-

Doña Alicia Brito Salazar, es uno de los 26 abuelitos que fueron infectados con una bacteria durante una cirugía de cataratas realizada por la entonces clínica del Instituto de Salud Visual (ISVI) de Cancún, misma que fue clausurada hace ya dos años, sin embargo, desde entonces ella al igual que otros afectados por esta negligencia médica siguen esperando la reparación del daño.

Entrevistada ayer, explicó que a consecuencia de este problema, ella, al igual que los demás intervenidos, perdieron un ojo, el cual fue restituido con una prótesis, ya que de no hacerlo, corrían con un riesgo mayor.

“Estuve un año en cama, sin poder hacer nada, bajo tratamientos y con medicamento, dos años han pasado de esto y hasta hoy no he recibido apoyo por parte de la empresa”, explicó.

Dijo que gracias al apoyo de sus hijos, ella ha logrado continuar con el tratamiento en la Ciudad de México, pero reconoce que otros pacientes no han corrido con la misma suerte.

ACUSA A FUNDACIÓN

Comentó que hasta hoy no se acostumbra a vivir con un ojo, de la cual tampoco goza de buena visión.

“Yo fui invitada para participar en un programa, con una fundación y donde se supone recobraríamos la visión que perdíamos, sin embargo, todo resultó mal, creo que los médicos practicaban con nosotros, ya que todos salieron afectados”, comentó.

Comentó que fue el pasado 29 de octubre del 2015 cuando fueron intervenidos en la clínica del ISVI, pero algo aparentemente salió mal, ya que después de la intervención, varios pacientes empezaron a perder la vista del ojo intervenido.

“A mí me operaron un jueves, el sábado fui a la clínica y después de que me quitaron las vendas logré ver muy bien, después fui dada de alta y me regresé a Isla Mujeres, pero entre el domingo y lunes, la visión de mi ojo empezó a deteriorarse”, explicó.

Tras la intervención de la Cofepris y con el apoyo del gobierno del Estado, los afectados fueron trasladados a la Ciudad de México donde fueron evaluados por el Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana.

Sin embargo, Brito Salazar decidió continuar su intervención en la Ciudad de México, todo ello con el apoyo de sus hijos.

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