Libran conflicto de tierras

Por Sergio López Lara > Quequi

A más de 30 años que llegaron al rededor de tres mil 500 familias huyendo de la guerrilla en Guatemala, a la fecha existen más de 15 mil habitantes en las comunidades de Maya Balam, Los Lirios y Kuchumatán, quienes viven en conflicto por las tierras de alta plusvalía que en su momento le entregó el gobierno mexicano a las autoridades del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

La llegada de los refugiados guatemaltecos se dio en 1979, cuando alrededor de tres mil 500 familias se internaron a territorio mexicano, específicamente en la comunidad de Arroyo Negro, límite territorial entre Guatemala y nuestro país, perteneciente en estos momentos al municipio de Bacalar, donde permanecieron ocultos en la selva por más de 15 días, soportando las inclemencias del clima, hasta que fueron rescatados por la Acnur, Comar y Cruz Roja Internacional.

A estas familias se les dotó de poco más de cinco mil 300 hectáreas de tierra, divididas en aquel entonces de los campamentos de Kuchumatán, Maya Balam y Los Lirios, para que posteriormente se crearan como comunidades mexicanas, recibiendo los apoyos que por derecho les corresponde, debido a que la mayoría decidieron convertirse en ciudadanos mexicanos, además de registrar a sus hijos en el país, esto sin dejar de mencionar que algunos se casaron en este país.

A 38 años, estas tierras cuentan con una alta plusvalía, debido a que son propicias para la cría de ganado, pastizales, hortalizas, maíz, frijol y caña, lo que ha desatado enfrentamientos por la disputa de las mismas, debido a que la mayoría de los primeros refugiados se apoderaron de importantes hectáreas de tierras que hoy están siendo disputadas por los ejidatarios que se encuentran legalmente reconocidos, situación que ha derivado en enfrentamientos y denuncias presentadas ante instancias agrarias y Fiscalía General del Estado.

A pesar de que la mayoría de los exrefugiados guatemaltecos han adoptado la nacionalidad mexicana, se siguen rigiendo por usos y costumbres de su país de origen, donde mantienen vivas sus tradiciones, además de que no permiten que gente extraña llegue a sus comunidades, lo cual ha permitido que no se incrementen los hechos delictivos; sin embargo, se han disparado las adicciones y embarazos no deseados entre adolescentes que se casan antes de cumplir la mayoría de edad.

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