Leonardo Cornejo, de instrumentar para Odebrecht contratos manchados de corrupción a dirigir para AMLO la refinería del sexenio
MÉXICO. Cuando era colaborador de Emilio Lozoya, nadie vio más veces en la torre de Pemex a Luis Weyll, el hombre que personifica en México la corrupción de la empresa brasileña, que Leonardo Cornejo. En total, se encontraron en 46 ocasiones. Pero además de la frecuencia de esas entrevistas, Cornejo se encargó de montar, de principio a fin, el mecanismo para entregar a Odebrecht obras en Tula, operaciones con sobrecosto que los brasileños han reconocido que se lograron gracias a los sobornos entregados al exdirector de Petróleos Mexicanos. Hoy, con el gobierno que prometió combatir la corrupción, Cornejo tiene en sus manos la dirección del proyecto de Dos Bocas.
La obra por la que Odebrecht pagó 6 millones de dólares en sobornos en México fue impulsada, supervisada y validada por Leonardo Cornejo Serrano, actual jefe del proyecto de la refinería de Dos Bocas, según consta en decenas de documentos integrados desde 2017 a la carpeta de investigación del caso de corrupción por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), y que fueron entregados a la actual Fiscalía que encabeza Alejandro Gertz.
El expediente contiene los oficios que Cornejo intercambió con el entonces director de Odebrecht en México, Luis Weyll, desde que lo invitó a participar como contratista hasta que le anunció que se le había asignado sin licitación una obra en la refinería de Tula por 1,436 millones de pesos.
Además, en el expediente están: la confesión de Weyll acerca de que esa obra fue obtenida mediante el pago de sobornos; la relación de las 56 citas que el directivo de Odebrecht y Cornejo acordaron sostener en el piso 7 de la torre de Pemex para dar seguimiento al contrato, y los procedimientos en los que proactivamente intervino el ahora jefe de Dos Bocas, que terminaron beneficiando a la empresa brasileña con ampliaciones de contratos y más obras en Tula y en la refinería de Salamanca, que en conjunto sumaron 5 mil 200 millones de pesos.
En su confesión sobre los sobornos de Odebrecht, Weyll dijo que le pagó por anticipado dos millones de dólares a Emilio Lozoya en 2013 por la promesa de obtener una obra en la refinería de Tula, y que se comprometió a pagarle otros cuatro millones de dólares en el momento en que se asignara y firmara el contrato, lo cual ocurrió en 2014.
Para que la obra acordada entre Lozoya y Weyll se asignara directamente, sin licitación, a Odebrecht, fue clave la intervención de Cornejo, según consta en los documentos recopilados por la PGR.
En diciembre de 2013, Cornejo, junto Aarón Marrufo Ruiz, en esos días gerente de Pemex refinación y hoy también integrante del equipo que ejecuta la obra de Dos Bocas, armaron un estudio de mercado para justificar la asignación directa del contrato a Odebrecht.
En el estudio, compararon la capacidad y experiencia de una empresa veracruzana que era contratista del propio Odebrecht en Etileno XXI, y que era 280 veces más pequeña que la compañía brasileña.
La conclusión de Cornejo fue, obviamente, que Odebrecht tenía más capacidad que su contratista, y con esa lógica se le asignó la obra de Tula sin licitación. El entonces colaborador de Lozoya todo lo realizó en un procedimiento exprés de un solo día, lo cual llamó la atención de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que concluyó que “no se dio la transparencia de contratación”.
Los documentos que evidencian la intervención del actual funcionario federal en el procedimiento que benefició a Odebrecht forman parte de un voluminoso expediente de investigación iniciado en febrero de 2017 por la anterior Procuraduría General de la República (PGR, hoy Fiscalía), del cual Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) obtuvo copia.
El expediente consta de 15 tomos, más anexos de pruebas y testimonios, y en los tomos II y III se incluyen los documentos que involucran al actual jefe de Dos Bocas.
La asignación directa, paso a paso
Los agentes investigadores integraron al expediente de Odebrecht el acta de una sesión del comité de estrategia e inversiones de Pemex-Refinación, que se realizó el 6 de agosto de 2013, en la sala de juntas del piso 14 de la torre ejecutiva de Petróleos Mexicanos.
Aquel día, Leonardo Cornejo intervino para exponer el proyecto denominado “Conversión de residuales en la refinería de Tula”, con el que se buscaba incrementar la rentabilidad mediante la sustitución de crudo ligero por pesado disponible, así como la producción de combustibles de alto valor agregado y de mayor calidad. Para lograrlo, se requerían ejecutar distintas obras para instalar ocho plantas nuevas y modernizar tres.
Tras la exposición de Cornejo, el comité autorizó aquel día el incremento de capacidad de refinación con aprovechamiento de residuales en Tula. El siguiente paso era definir quién ejecutaría las obras.
El expediente de la PGR –que fue turnado a la hoy Fiscalía- también incluye el acta de una sesión del 27 de agosto de 2013, en la que Leonardo Cornejo fue nombrado coordinador de proyectos de modernización y ampliación de capacidad, con lo que tomó en sus manos la modernización de la refinería de Tula.
Tras su nombramiento, inició el procedimiento para elegir a las contratistas.
El 2 de diciembre de 2013, Cornejo envió una carta al director de Odebrecht, Luis Weyll, en la que le pidió que presentara una cotización para una obra en Tula, según consta en el expediente de la PGR.
Y antes de que el ejecutivo de Odebrecht le respondiera, Cornejo envió el 12 de diciembre de 2013 a la Subdirección de proyectos de Pemex una solicitud para obtener el dictamen de excepción a la licitación pública en la obra en Tula, consistente en el movimiento de tierras, acondicionamiento del sitio y conformación de plataformas para el proyecto de aprovechamiento de residuales en la refinería.
Para justificar su petición, adjuntó un estudio de mercado que había realizado la coordinación a su cargo, mediante el cual habían identificado a las empresas ICA Fluor, Odebrecht, Saipem e Indheca como las potenciales para ejecutar la obra.
Saipem fue desechada e ICA declinó a participar, por lo que sólo se evaluó a Odebrecht y a Indheca.
En el mencionado estudio se incluyó un comparativo que mostraba la disparidad entre las dos empresas: Odebrechttenía en ese momento 168 mil empleados en 20 países, mientras Indheca contaba con 600, la mayoría en la planta Etileno XXI, como contratista del propio conglomerado brasileño.
Fue así que Odebrecht fue elegida como la mejor alternativa para asignarle el contrato.
El estudio tiene la firma de aval del propio Cornejo y de José Aarón Marrufo Ruiz, en esos días gerente de Pemex refinación y hoy integrante del equipo que ejecuta la obra de Dos Bocas.
Al día siguiente de que se presentó ese estudio de mercado, Luis Weyll le envió a Cornejo la propuesta de Odebrechtpara ejecutar las obras en la refinería de Tula, por un monto de 1,436 millones de pesos.
Una revisión documental realizada por la Auditoría Superior de la Federación –y que también fue integrada al expediente de la PGR- concluyó que “no se dio la transparencia de contratación”, porque se decidió en un día.
“El mismo día (13 de diciembre de 2013) la entidad fiscalizada realizó tanto la evaluación como la elaboración del dictamen de fallo que sirvió de base para otorgar el contrato a la empresa ganadora (Odebrecht)”, menciona el informe de auditoría.
Además, los auditores hicieron notar la disparidad de las dos empresas que fueron evaluadas: “La Constructora Norberto Odebrecht, S.A., contaba con más experiencia, capacidad técnica y una mayor disponibilidad que Indheca Grupo Constructor”.
En el expediente de la PGR se incluyó un oficio de Cornejo a Weyll, fechado el 19 de diciembre de 2013, en el que le notifica que la propuesta técnica y económica de Odebrechtcumplía con los requerimientos, por lo que una vez acreditadas todas las autorizaciones internas, se realizaría la formalización del contrato.
Fue hasta el 27 de enero de 2014 cuando el consejo de administración de Pemex autorizó la propuesta de contrato, que también fue elaborada por Cornejo.
La firma del contrato se concretó, finalmente, el 15 de febrero de 2014. Cornejo y Marrufo (los dos que habían validado el supuesto estudio de mercado) firmaron como los responsables de la revisión técnica del contrato, mientras que la supervisión jurídica estuvo a cargo de José Samuel Sánchez Reyes, actual subdirector jurídico de Pemex.
Una vez firmado el contrato, el director de Odebrecht en México transfirió los cuatro millones de dólares de sobornos prometidos a una cuenta en el extranjero que –según su confesión- le había indicado Lozoya.
Más beneficios a Odebrecht
El contrato inicial en Tula asignado a Odebrecht fue por 1,436 millones de pesos, pero entre noviembre de 2014 y mayo de 2015 se le otorgaron a la empresa dos ampliaciones por 860 millones de pesos.
El desembolso, al final, se elevó a 2,315 millones de pesos, 61% más de lo asignado.
Dos investigaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y por la Secretaría de la Función Pública detectaron actos de corrupción en la ejecución de esa obra, como sobrecostos y pagos en exceso.
Eso no fue obstáculo para que nuevamente Odebrechtobtuviera, el 12 de noviembre de 2015, un segundo contrato en la refinería de Tula, esta vez por 1,811 millones de pesos, para la construcción de accesos y obras externas en la refinería.
Y –otra vez- el funcionario que validó con su firma el contrato, fue Leonardo Cornejo Serrano.
En los documentos recopilados por los agentes investigadores también aparece un oficio fechado el 3 de octubre de 2014, en el que Cornejo le solicitó a Odebrechtque presentara una propuesta para una obra en la refinería de Salamanca.
Al igual que lo había hecho antes en Tula, Cornejo intervino ante directivos de Pemex para que la asignación se diera sin licitación.
El 27 de octubre de 2014, le envió una carta al Presidente del subcomité de adquisiciones, obras y servicios de Pemex, David Rodríguez, para solicitarle que “instruya lo pertinente a efecto de convocar a una sesión extraordinaria, con el propósito de someter a dictamen de excepción a la licitación pública a través del procedimiento de adjudicación directa, la contratación de los servicios relacionados con la obra pública” en el proyecto de conversión de residuales de la refinería de Salamanca.
A los cuatro días de esta solicitud, el 31 de octubre de 2014, se realizó una sesión extraordinaria en la que se aprobó el dictamen sobre eludir la licitación pública en la obra de Salamanca, la cual fue asignada directamente a un consorcio formado por Odebrecht en alianza con las empresas ICA Fluor Daniel y Fluor Enterprises, por un monto de 85 millones 251 mil dólares, equivalente a 1,150 millones de pesos al tipo de cambio de entonces.
Información: Contralacorrupción.mx