
Las emociones y el cáncer
Cuando se han equivocado, los científicos saben encontrar el camino de regreso sin que la multitud se amotine gritándoles su ignorancia. Sucede siempre.
Toda verdad siempre es relativa pero nos gusta tener certezas absolutas. Pero todas tienen pies de barro y tarde o temprano se derrumban.
Toda enfermedad tiene diversas causas, y sin embargo todas giran en la capacidad que tiene nuestro organismo para hacerles frente, manteniendo su equilibrio dinámico. El racionalismo cartesiano con que abordamos todo análisis nos lleva a destacar por sobre todo las cuestiones físicas. Y nos ha dado grandes resultados. Pensábamos que teníamos todo resuelto y sin embargo surgen nuevos retos y enigmas.
Pongamos por ejemplo el cáncer. Una enfermedad que ha sido abordada por todos los ángulos y en algunos casos ha dado resultados. Aunque en esencia no se ha podido curar. La gran mayoría de los casos resultan enigmas a pesar de que se ha dicho que hay alimentos que los provocan, contaminación del aire o los genes. La expectante confusión continúa.
Ante ese panorama se ha resignado a la ignorancia. La más reciente revelación para enfrentar el cáncer por parte de la ciencia hasta cierto punto fatalista: cerca de dos tercios de los cánceres son causados por errores casuales en el ADN que ocurren cuando las células normales hacen copias de sí mismas. Es decir, si cualquier persona cumple estrictamente las recomendaciones médicas, solamente ha cubierto el 33 por ciento de posibilidades de evitar este mal. El rango de posibilidades de que lo tenga son del 66 por ciento. No hay certeza para impedirlo.
Esto es un hallazgo que ayuda a explicar por qué las personas sanas que hacen todo lo posible para evitar el cáncer siguen siendo afectadas por la enfermedad, según el estudio de unos investigadores estadounidenses publicado apenas hace unos días por la revista ‘Science’.
«Estos cánceres ocurrirán no importa cuán perfecto sea el ambiente», dijo uno de los responsables del estudio, el doctor Bert Vogelstein, genetista del cáncer de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore.
Los nuevos hallazgos se basan en secuenciación genética y estudios sobre el cáncer realizados en 69 países de todo el mundo. La investigación es la continuación de un controvertido estudio del 2015 también publicado en ‘Science’ por los mismos investigadores de la Johns Hopkins y que se limitaba a los cánceres en Estados Unidos.
MUTACIONES GENÉTICAS
«Está ampliamente demostrado que evitar ciertos factores como el tabaco o la obesidad reducen el riesgo de cáncer. Pero hay veces en las que una célula normal se divide y al copiar su ADN produce numerosos errores, un aspecto que ha sido ignorado científicamente desde hace mucho tiempo», añade Cristian Tomasetti, profesor adjunto de Bioestadística del mismo centro universitario.
Esos errores «son las causas de importantes mutaciones genéticas responsables del cáncer y este factor se ha subestimado como una de las principales causas de la enfermedad», ha añadido Tomasetti. Según las conclusiones de estos investigadores, el 66% de las mutaciones cancerosas son el resultado de errores producidos por la división celular, mientras que solo un 29% se deben a factores medioambientales y al modo de vida, y un 5% son provocados por factores hereditarios.
Los porcentajes de tumores por errores en la división celular son aún mayores en algunos cánceres, como el pancreático (77%) o los de próstata, cerebro y huesos (que se elevan hasta el 95%), mientras que en el cáncer de pulmón, el 65% son provocados por fumar y solo el 35% se deben a errores en la copia del ADN, según este estudio.
Aunque la mayoría de estas mutaciones no pueden prevenirse, el equipo enfatizó que la detección temprana y el tratamiento pueden prevenir muchas muertes por cáncer, independientemente de la causa.
Se puede decir que eso ya se sabía. Los tumores, provienen de las mutaciones, y las mutaciones son parte de la variabilidad genética y base evolutiva de los organismos. ¿De dónde salió el tercer cono que nos permite ver en color? De una mutación.
El caso es que en cada reproducción celular pueden producirse mutaciones, más bien, siempre se producen mutaciones, errores y pequeños cambios en el código genético durante la mitosis, luego el cuerpo las elimina porque normalmente no son beneficiosas para el organismo, sin embargo, cuando una de estas mutaciones es identificada como algo no negativo, el cuerpo la respeta y ahí tenemos tumores/cáncer.
En pocas palabras, que sea azar es algo que ya se sabía, el azar forma parte de la selección natural, ya que las mutaciones son cambios en el código genético. Esto no quita que la exposición a mutágenos, como el tabaco, aumenten las probabilidades de dichos errores genéticos. Ya sabíamos que, por ejemplo, no fumar no te garantiza que no vas a tener un cáncer de garganta o pulmón, igual, que fumar tampoco te garantiza que lo vayas a tener, siempre es azar.
¿Suerte o azar? Algo raro provoca que deportistas que son los más «sanos» por su forma de vida, tienen cáncer; gente sana, cáncer; gente que fuma, cáncer. Unos sí y otros también. Niños empezando la aventura de la vida, cáncer. Conclusión : Vive tu vida como si no hubiera un mañana. Vivir cada día como si fuera el último día, carpe diem, decían los romanos.
Entiendo que a raíz de todas estas conclusiones, muchas respuestas asaltarán a los lectores. Entonces, subrayarán unos, «Dios» juega a los dados con nosotros, pues es el puro azar el que decide, lo que genera una tremenda impotencia.
Si los cánceres son fruto del azar,… ¿Porqué prohibir los coches en las ciudades? Me parece que estamos todos dando palos de ciego al aire, porque no sabemos a dónde vamos. Ya pensarás que es mejor la jauja y el despiporre, fumar, beber y ponernos de bacon cheeseburgers hasta el papo.