La secretaria de Cultura confunde la tradición maya Hanal Pixán con un «tipo de tamal»
Agencia
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, aseguró ayer que la tradición maya Hanal Pixán es un «tipo de tamal» que se coloca en el altar de muertos en Yucatán. En redes sociales diversos usuarios han señalado el error.
«En un altar de muertos, por ejemplo, en Yucatán, la comida tradicional es el hanal pixán, un tipo de tamal«, dijo la funcionaria durante la conferencia vespertina del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
Frausto, acudió a la conferencia para dar a conocer algunas de las actividades que se tendrán a través de la plataforma Contigo en la distancia para recordar a los seres queridos que han fallecido.
En Twitter, un usuario le aclaró: «Señora, el Hanal Pixán no es un tipo de tamal. Supongo se quiso referir al pib. Hanal Pixán (comida de ánimas) se refiere a todo el ritual y a toda la ofrenda que se le pone a los muertos, no solo al pib. Cuando pase la pandemia le invitamos al paseo de las ánimas».
Gracias por el espacio @HLGatell Nuestro pleno reconocimiento a tu trabajo. Y si, se puede vivir este #diademuertos2020 cuidándonos en reflexiva intimidad y en casa. Cederemos el ritual comunitario para conectar con lo más profundo de nuestra cultura en un año imborrable. https://t.co/cWu8vIV7L1
— Alejandra Frausto (@alefrausto) October 30, 2020
¿Qué es el Hanal Pixán?
De acuerdo con especialistas del INAH, Alimentos para las ánimas (en maya Hanal Pixán), es el festejo del pueblo maya que consiste en preparar comida especial y elevar sus rezos para invitar a las ánimas a gozar de un banquete.
En esa región los preparativos en casa y el cementerio comienzan una o dos semanas antes del 30 de octubre, con el bordado de manteles y huipiles. Después se adquieren velas, jícaras, flores y los ingredientes de los platillos que se ofrendarán: el día 30 para los niños, el 31 para los grandes y el 1 de noviembre para los abuelitos.
A los ocho días se vuelve a hacer la “invitación” a las ánimas a una comida (ellas permanecen en los pueblos todos los días de noviembre), incluyendo a los espíritus solos: los que no tienen familiares que los recuerden; para ellos colocan jícaras con comida en el patio de la casa.
Foto: Manuel Curiel, INAH
El 30 de noviembre se alista la despedida, con la preparación de pollos asados y pilas de tortillas que se envuelven en servilletas bordadas, y luego se depositan frente a las casas para que los “visitantes” se los lleven a su viaje de retorno.
Según especialistas de la ENAH, en otras regiones, como Campeche, especialmente en Pomuch, se realiza también limpieza de los restos óseos y se reza un rosario. Además, en el altar se coloca el pibipollo, ya que Hanal significa “comida” y Pixán, “alma que da la vida al cuerpo”. Por lo tanto, el pibipollo se significará como el alimento de las almas.
La ritualización se hace presente desde la preparación del maíz, el cual debe ser “nuevo”. Los granos de maíz se dejan reposar en cubetas con agua durante un día. En la madrugada del 1 de noviembre las personas, por lo general mujeres, van a los molinos a moler su nixtamal, para después elaborar la masa con que harán la comida y después hacer uso del bacal u olote en el proceso de elaboración.
Este alimento es semejante a un tamal generado desde una unicidad de masa para darle forma circular, con una base plana y orillas altas en la periferia, relleno de una col generada con masa de color rojiza con carne trozada de pollo o de puerco.
fjb