La receta de éxito de “Chocki”: emprender con sabor y valentía

JMM.- Iniciar un negocio es un reto que no solo implica esfuerzo y dedicación, sino también superar el miedo de perder los ahorros de toda una vida. Luis Alberto Cabrera Nal, conocido como “Chocki” entre sus amigos, enfrentó ese reto y ha demostrado que, con sacrificio y constancia, los sueños pueden volverse realidad.


Luis trabajó varios años en el Ayuntamiento, un empleo que, según él, “solo deja enemigos y la incertidumbre de no saber si habrá otro contrato”. Tras finalizar su relación laboral, él y su esposa decidieron apostar por algo propio: abrir un negocio de venta de pollo asado. La decisión no fue sencilla, pero su determinación los llevó a comenzar con lo poco que tenían: 10 o 15 pollitos, una sombrilla y una mesa afuera de su casa.


El sacrificio rinde frutos
Luis recuerda aquellos días en los que la lluvia no era impedimento para vender su producto. Poco a poco, los clientes comenzaron a llegar. Hoy, tres años después, su negocio ha crecido exponencialmente.

Entre semana venden entre 60 y 65 pollos diarios, mientras que los fines de semana alcanzan las 120 piezas. Aunque la temporada baja ha impactado sus ventas, su espíritu perseverante los mantiene en pie.


“Nosotros no vemos la competencia, porque el sol sale para todos”, comenta Luis, quien reconoce que otros negocios similares han abierto en la zona, pero su enfoque está en ofrecer calidad y servicio. “Hay quienes cierran porque la temporada baja los golpea, pero nosotros seguimos adelante porque esto es nuestro, ya tenemos empleados y seguimos buscando clientes y amigos, no enemigos”.


Un sabor que une
El éxito de su negocio radica no solo en la frescura del pollo, sino en los condimentos únicos que preparan ellos mismos. Además, han incorporado guarniciones variadas como espagueti y ensaladas, cuidando cada detalle para ofrecer una experiencia gastronómica diferente cada día.


Luis destaca que su éxito es compartido con su esposa, quien lo ha apoyado en los momentos difíciles. “Hubo un punto en el que ella pensó en cerrar porque bajaron las ventas, pero seguimos. Este negocio es nuestro y no copiamos a nadie. Hemos demostrado que con trabajo en equipo se puede salir adelante”.


La historia de Luis y su familia es un ejemplo de valentía y perseverancia. Su negocio, más que un medio de sustento, es un reflejo de cómo el esfuerzo y el compromiso pueden transformar vidas, sembrando no solo éxito, sino también amistad.

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