La jiribilla Jorge González Durán

Un óleo y un jarrón

 

David Gustavo Gutiérrez Ruiz, último gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo, y primer gobernador del estado, en calidad de provisional su misión fundamental fue convocar a las elecciones del Congreso Constituyente, del primer gobernador surgido del voto popular, que fue Jesús Martínez Ross,  y de los integrantes de la primera legislatura, le donó al Ayuntamiento de Cancún en el período de Joaquín González Castro, un óleo de Benito Juárez, del destacado pintor michoacano Alfredo Zalce, fallecido en 2003.

 

El óleo allí está. De repente se pensó que había desaparecido misteriosamente, pero allí está en el despacho del presidente municipal. En las remodelaciones que cada tres años se le hacen al despacho del presidente municipal, el cuadro desaparece pero después aparece como si nada. Los presidentes municipales se toman la foto con el óleo de Benito Juárez a sus espaldas.

 

En una ocasión, David Gustavo me platicó que él le compró a Alfredo Zalce el cuadro y que lo tenía en su casa, pero decidió que su espacio era el palacio municipal de Cancún, cabecera del municipio Benito Juárez. Y allí está, allí sigue. A veces desaparece un breve tiempo, pero luego regresa. Juárez el impasible, retratado por el magistral pincel de uno de los pintores mexicanos más relevantes del siglo XX.

 

EL JARRÓN DE TALAVERA

 

La talavera de Puebla, que es un tipo de cerámica  mayólica, tiene denominación de origen desde 1997, aunque es una tradición artesanal que data de la Colonia. Es uno de los distintivos artesanales de Puebla, que es apreciada por mucha gente como elementos decorativos aunque también se fabrican vajillas con ese material que está sujeto a un severo escrutinio en cuanto a su calidad, sobre todo para verificar que la cantidad de plomo no rebase los estándares establecidos por la norma oficial.

 

En la Casa de Gobierno de Cancún surgió hace unas semanas un jarrón de talavera (hay un tibor perdido del mismo material) que Manuel Bartlett, siendo gobernador de Puebla, le regaló a todos, o a casi todos, los gobernadores del país y a sus invitados especiales a sus informes. En el caso de los destinados de los gobernadores, los jarrones y los tibores estaban personalizados, es decir, llevaban los escudos de cada entidad federativa.

 

Mario Villanueva, Manuel Bartlett y Roberto madrazo Pintado, formaban parte de lo que se llamó Sindicato de Gobernadores, que se enfrentó a Ernesto Zedillo. El jarrón estuvo años oculto en un desván, hasta que recientemente apareció. Esta es la breve historia.

 

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