LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

La esperada 3de3 de AMLO

En medio de un sinnúmero de reclamos, ubicándolo como un personaje político con muchas posibilidades de alcanzar su meta, Andrés Manuel López Obrador presentó su declaración 3de3. El documento fue motivo de requerimientos permanentes, uno de ellos proveniente el pasado jueves de Mérida, del dirigente nacional tricolor, Enrique Ochoa Reza, quien inocentemente llevó el nombre ante una mesa de comunicadores peninsulares y lo utilizó para hacer notar su propio cumplimiento a este reclamo social, hoy convertido en ley.

A diferencia de lo registrado por otros políticos, en donde igual se resalta la fortuna personal y la de sus cónyuges -a excepción de la del gobernador de Veracruz, en la cual se omitió registrar alguna propiedad, o la de Fidel Herrera, cuya queja se centró en un monto en el cual incluía la suya, la heredada por su señor padre-, que se habla de la quiebra de la herencia, como es el caso de Francisco Labastida Ochoa, receptor de 11 millones y ya sólo tenía seis cuando resultó candidato tricolor a la presidencia -derrotado por Vicente Fox, con un margen vergonzoso para los tricolores-, el tabasqueño reveló puntualmente la riqueza de su esposa e hizo del conocimiento público los salarios recibidos y la carencia de propiedades.

Seguro está cierto de la validez del refrán: cuando mueres sólo te vas con lo que llevas puesto; o sabrá: nunca se ha visto una mudanza detrás de un féretro; aunque tal vez guste de la canción: nada te llevarás cuando te marches, cuando se acerque el día de tu final. El argumento para esta carencia radica en parte sobre el temor de desaparecer en cualquier momento y con estas decisiones evita grandes y graves problemas familiares.

Prácticamente de manera oficial, empresarios y comerciantes hacen saber que están preparando incrementos a los precios de productos y servicios, motivados por el incremento en las tarifas eléctricas y las gasolinas. Era de esperarse que con estas medidas se crearía una espiral ascendente e imparable hacia la economía familiar. A esto se tendrá que agregar el alza a las tarifas de transporte, en virtud de haberlas sostenido durante el tiempo en el cual se aplicaban mes a mes los gasolinazos. Aunque esto es parte de la realidad, en el Gobierno se empeñarán por seguir en el mundo de la fantasía, en el “peñalandia”, en el sitio en donde no tenemos cabida más de 120 millones de mortales mexicanos. Justo en el país en donde al igual que errores, tragedias, crímenes y corruptelas, también se niega el aumento salarial.

Al diputado local con licencia, Filiberto Martínez, derrotado feamente en su intentona de regresar a la silla municipal de Solidaridad, en su momento le llevaron hasta la plancha del Palacio de Gobierno toda la basura no recogida por los camiones a los cuales se les había negado hasta la gasolina. En el presente, el alcalde actual, el de la silla de prestadito, tampoco cumple con los compromisos con la gente, bajo el supuesto de no haber sido elegido por ellos, como tampoco lo fue su hermano, al ser nombrado tesorero. Por lo tanto, lo registrado en ese lugar nada tiene que ver con su futuro político, el económico lo tienen más que asegurado y como no pueden llevar hasta ese lugar todo el excremento arrojado en el mar, ante la falta de servicios en las playas públicas, no tienen más presión que la ejercida entre ellos, ante la posibilidad de la resurrección de Caín y Abel.

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