LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

 

 

TRES DE TRES DEL GABINETE

 

Existen personajes que son clave en los gobiernos estatales, aunque también debieran serlo en el federal. El procurador es tal vez el principal, sobre todo al inicio de los mandatos, cuando se van conformando los equipos que se supone brindarán seguridad a los ciudadanos. Son los policías de más alta jerarquía local. En la Procuraduría se controlan en la actualidad los expedientes que verán en los juicios orales su conclusión; es la que tiene en sus manos el curso de las investigaciones, es la base de la administración de justicia y es a partir de ella que se puede llegar a un auténtico Estado de Derecho. La responsabilidad no es menor y de ahí la exigencia de seleccionar con lupa a quien se encontrará al frente de ella. La limpieza, la honestidad, el desempeño en diferentes áreas jurídicas, sería una de las mejores presentaciones. El conocimiento de la ley es fundamental y, se ha visto, no todos los que han ocupado esos cargos lo tienen.

 

Otra posición igualmente importante y de gran trascendencia en estos momentos es la de Finanzas, Hacienda o como quieran llamarle, pero es la encargada no sólo de captar, sino de administrar, conforme lo autoriza el Congreso, los egresos. Una buena administración y allegarse los recursos necesarios para dar cumplimiento en principio a las promesas de campaña, serían los primeros pasos recorridos por quien resulte elegido para esa tarea. Sólo un conocedor de este tipo de números puede permitir se cubran los requerimientos de una sociedad en total movimiento, con una migración superior a la registrada en cualquier otra entidad de la República. Todos esos mexicanos buscan, al llegar, vivienda, salud, educación, empleo y, al salir de sus lugares de origen por la carencia de ellos, de oportunidades para desarrollarse o montar su propio negocio; las exigencias se multiplican y son muy breves los plazos que se otorgan para que se les cubran las necesidades. Ese es un reto permanente para quien debe dosificar correctamente las entradas económicas.

 

Es la Secretaría de Gobierno la dependencia en donde descansa el diario quehacer de la política interna. Sin embargo, los mandatarios quintanarroenses, en su mayoría, han optado por ocupar ellos mismos tal lugar, dejando sólo algunos asuntos en manos de este funcionario. Debe regresar la responsabilidad completa a esa dependencia, sobre todo en lo que respecta a la seguridad y administración de los penales. Su sintonía con otras dependencias del mismo nivel evita que los reclamos se conviertan en manifestaciones, en toma de carreteras, en desequilibrios internos. Seguramente es mucho más sana la relación de quien ocupe esta cartera con los presidentes municipales y con el propio Congreso en sus primeros diálogos sobre determinados acuerdos. Sabedores de que quien dicta la decisión final en cada caso, parece innecesaria su aparición cuando no se han asentado de manera correcta tanto términos de demanda como probables soluciones.

 

La conformación de un gabinete eficaz presentará, sin mayores declaraciones, la posibilidad de llevar a buen término cada uno de los dichos en la campaña y será un respaldo real para las esperanzas que los electores sembraron para conseguir un cambio. También desde esas posiciones puede advertirse el sello real de quienes gobiernan y las presiones a las que se ven sujetos. Son los nombramientos una medición real de los compromisos contraídos y, por lo tanto, también revelan las ataduras de manos que prevalecerán. Poco a poco y nos amanecemos, reza el sabio refrán, dejando entrever lo conveniente del conocimiento, la paciencia y la entrega al servicio ciudadano.

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