LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

 

 

SEGURO, NO HAY NADA SEGURO

 

 

Los eventos en los cuales se asienta la inseguridad ya son de muy variada clase. Se tienen con relación, obviamente, al renglón policiaco, al de los asaltos, los secuestros, violencia vehicular. Está también incluida la procuración de justicia: nadie está seguro de que, ante la presentación de un suceso, le será aplicada puntualmente la ley, con culpabilidad o sin ella; una vez dentro de los centros de reclusión, lo único seguro es: nadie está seguro, aun y cuando su estancia sea producto de esos fallos no acompañados de una suma de dinero aceptable para el corrupto. Ser detenidos por patrulleros pone en alerta los sentidos y genera dosis de adrenalina atribuibles a la seguridad de encontrarse frente a posibles miembros de bandas delincuenciales. En este rango, la inseguridad es perceptible, denunciada, pero nunca suficientemente atendida para generar lo contrario.

 

Sin embargo, aunque sin igual efecto, se presenta la inseguridad de haber adquirido, comprado, un terreno cuyo origen sea total y completamente legal; hasta aquellos costosísimos y ubicados en zonas privilegiadas corren igual riesgo. Nadie está seguro en su trabajo, los despidos llegan de un día a otro y los argumentos para esas bajas de personal giran de las oficinas donde se presta el servicio a las pagadoras, pasando por el consabido y moderno “ajuste de pasivos”, aunque no falta la quiebra por razones entre vaivenes: falta de compradores o carga tributaria insoportable. Según nos narraron vecinos de Villas de Arte, ese fraccionamiento empezó su ocupación de manera normal. Transcurrió muy poco tiempo y empezó a notarse el abandono de las familias inicialmente compradoras. De la noche a la mañana se ocuparon y se supo que habían sido invadidas. La tarde-noche del lunes, el lugar se vio lleno de patrullas y vino el desalojo.

 

O sea, ni siquiera en un sitio con construcciones supuestamente aprobadas y dentro del orden, puede asegurarse un patrimonio familiar. Causa dudas y, por lo tanto, gran inseguridad la presencia de patrullas, de uniformados, para llevar a cabo un desalojo en el cual, posteriormente, se percatan otras autoridades que existen anomalías llevadas al extremo de la falsificación de documentos. Y si bien esto se registró en torno a viviendas, también se ha dado en el pago de impuestos; la falsificación de los recibos de pago se hace presente al momento de solicitarle a una empresa contratada por el Ayuntamiento que expida la factura correspondiente.

 

Todo lo anterior hace que se presente y sea totalmente real el dicho: lo único cierto, verdadero, seguro, es la muerte. Aunque no así el destino del patrimonio formado, si no se recurre a la redacción de un testamento y que éste sea lo más completo posible, que abarque todos los renglones, que no deje ningún hilo suelto y se vea desde el registro de los mismos beneficiarios, tanto de las cuentas bancarias como de los legados. No hacerlo multiplica y hereda la inseguridad padecida durante toda la vida. Se tienen múltiples ejemplos en casos, inclusive, de artistas famosos y siempre es notoria y muy criticada la serie de conflictos desatada entre los hijos. Ojalá no se vea un caso así al fallecer Juan Gabriel. Padre de cuatro hijos, es conocido dentro de la discreción familiar, sólo a Iván le fueron encomendadas responsabilidades. Está claro se respetó su decisión de no llevar a un terreno circense su sepelio.

 

El mes de septiembre, el conocido como “patrio”, fue el elegido como “el mes del testamento”. Tiene mensaje el hecho de llevar a cabo este registro justo en el tiempo en el cual se vivió en el país el inicio de una independencia en donde se marcó un cambio y lo visto en un primer plano fue conocer el significado de la palabra independencia, tan olvidado en el presente en la mayoría de las acciones del gobierno. Asegurar lo que ya no veremos, es un evento del cual podemos estar seguros. No hay otro, porque ni modo de incluir fidelidad, lealtad, amor o desamor dentro de la certeza de existencia, prolongación, permanencia, etcétera, etcétera.

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