LA DIOSA IXCHEL. El Castillo
CON EL PELO “DE PUNTA”
El conflicto magisterial rinde sus primeros frutos en la polarización de la sociedad. Los menos son quienes critican las marchas, los mítines, la ausencia en las aulas y, entre éstos, se cuentan por supuesto los padres de familia, identificados en contra por lo que significa en su diario acontecer la asistencia de los menores a las aulas: una guardería gratuita por varias horas. Otros, consideran al movimiento justo y recapacitan, inclusive, en su enseñanza, la cual fue brindada por un mentor y no por uno de los diputados que tendrán, si sucede lo que nos han comentado en esos círculos que llaman de poder, en sus manos “ajustar” la Reforma Educativa y no precisamente para dar marcha atrás en lo referente al área laboral, sino para incluir los esquemas educativos que hacen falta, esos no reclamados por ningún legislador, porque carecen de conocimientos para presentar propuestas y sí de mucha insolencia para llamar a quienes pueden poner en blanco y negro un proyecto de enseñanza transexenal, uno cuya utilización política esté limitada.
A lo observado no sólo en las entidades en donde tiene presencia la CNTE, sino en aquellas en donde su operación se consideraba nula, como es el caso de Nuevo León, se suman las inconformidades por el aumento a los precios de los alimentos, de la gasolina, del gas LP y de la energía eléctrica. Determinar estos incrementos, suponemos, debe contar con un respaldo que lleve a las autoridades a controlar la andanada de reclamos. El número de desempleados es tan grande, tan numeroso, que habrá muchos más marchando en las calles en protesta por una economía paralizada, de ficción, empobrecedora y sin justificación de peso para tales escenarios. El enojo en contra del Gobierno se torna también en referencia ciudadana, al señalarse la culpabilidad por la inasistencia a las urnas, por no exigir justo en el momento se enderece todo aquello que va perjudicando a la mayoría.
En estos escenarios, sabido y confirmado está, los ricos logran hacerse más ricos. Llega de nuevo el tiempo, la época, la temporada de gangas, de la compra de todo a precios bajísimos con descuentos nunca antes vistos. Así adquieren los de dinero, terrenos, casas, autos, joyas, muebles y acciones de empresas medianas con potencial de crecimiento. Propietarios de vivienda, sin trabajo, habrán de engrosar las filas de quienes rentan, al rematar su propiedad para salvar créditos. Para seguir manteniendo el mismo nivel de vida en lo que “se endereza la situación”, habrá muchas señoras que apoyen vendiendo, subastando sus alhajas y hasta haciendo rifas cuyos boletos premiados contengan las tres últimas cifras de los billetes de la Lotería Nacional. Ante el incremento del combustible, habrá quienes se decidan a contar con un solo auto y vendan otro o limiten su circulación. Quienes tienen posibilidades de irse del país, lo harán y pondrán todo a remate.
Ante lo insalvable de tener que pagar el recibo de la luz como venga, sin posibilidades de rectificación alguna, por lo de los “medidores inteligentes”, porque se pasa de un consumo doméstico a un gran consumo doméstico, por las razones de todos conocidas y esgrimidas por trabajadores que se prestan a todo con tal de seguir llevando la comida a su mesa y garantizar el techo a sus familias, otras serán las causas de grandes manifestaciones y por todo el país. El Gobierno ha puesto a millones de ciudadanos contra la pared, en el fondo, a punto de dar ese paso que atrae la violencia o la incorporación a la delincuencia. En tanto, los del poder, seguirán contando las armas que les roban, lanzando amenazas, atemorizando, creando caos y enriqueciéndose cínicamente. Ya ni siquiera puede hablarse de dar discursos para el público del exterior porque, ya se vio, el revire es un frontal desmentido a lo que se escucha e incluye una soberana regañiza, una exhibición de la falsedad entre lo que se dice y la realidad, lo ejecutado, el comportamiento frente a los gobernados. Ojalá exista algún renglón que pinte mejor. Por ahora, no aparece.