La Columna Gerardo García
Los Cosío y los vecinos huiros en Nizuc
Gerardo García
En ocasiones es así: un pequeño pleito se convierte en el rosario de Amozoc. Una lucha entre particulares, que sazonada por intereses políticos y de grupos interesados, transmuta en un gran problema, que amenaza en este caso, el futuro del principal desarrollo turístico de este país. Una raya más al tigre, pues.
La historia es más o menos así: Hace menos de diez años, el gobierno federal vendió dos predios en los que se ubicaba la Casa de Visitas de Cancún –cabe recordar que una de las razones por las que el entonces presidente Vicente Fox ordenó la venta, fue por el uso que le daban los hijos de su esposa, Martha Sahagún- a un grupo comandado por la familia Becker, que pretendía desarrollar ahí un complejo residencial turístico; por falta de liquidez para invertir, estos vendieron uno de los predios a la familia Cosío –los legendarios propietarios del legendario hotel Las Brisas- y el otro a la familia Riu, los propietarios de la cadena hotelera española, con mayor número de cuartos en destinos de sol y playa en México.
El asunto es que los Cosío, construyeron un hotel segmentado al turismo premium y de plan europeo; pocas habitaciones, todas del mayor lujo, con tarifas que no decrecen de los cuatrocientos dólares por noche. Los Riu por su parte, buscaban construir un hotel todo incluido, de poco menos de 500 habitaciones en el predio contiguo. Lo que no gustó a Antonio Cosío, el presidente de la cadena hotelera Brisas, que comenzó ahí una batalla juridical, que hoy ha abierto una caja de pandora en el destino turístico más importante del país. Una en la que se involucraron organizaciones ambientalistas, como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, que encontraron en este litigio, una veta de oportunidad para sus intereses. Mismos que se entremezclan con otros temas politicos, que involucran a la clase política local. Vendettas, pues.
¿Qué sucedió?
Pues el litigio de los Cosío derivó en una medida judicial, que afectó al Plan de Desarrollo Urbano municipal, lo que ha complicado el propio desarrollo de Cancún. De igual manera, los Cosío han emprendido una campaña mediática, en la que ahora pretenden culpar al gobierno municipal que encabeza Remberto Estrada, por haberles otorgado una licencia de construcción, que vale decirlo, se validó con el cumplimiento de todos los requisitos que la ley exige. Una licencia municipal, que se suma a la Manifestación de Impacto Ambiental, aprobada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal y la constancia de compatibilidad urbanística, que emite el gobierno del Estado de Quintana Roo. Quieren ahora ubicar, el conflicto en una suerte de amenaza al medio ambiente. Decir pues, que la construcción del Riu Nizuc, es un ecocidio validado por la autoridad. Lo que no es así.
Es verdad que el grupo Riu, ha sido referente en malas prácticas a la hora de construir algúnos de sus complejos turísticos. Lo que sucedió con el Riu Cancún, fue en efecto, una muestra de ilegalidad e impunidad. Pero en este caso no es así: el proyecto de Riu Nizuc, cumple con todo lo que exige el PDU, el reglamento de construcción, las leyes ambientales y todos los requisitos que exige la autoridad, basándose en lo que la ley obliga.
Si el grupo hotelero Brisas no quería vecinos de menor calidad, pues simplemente hubiese comprado ese predio, como se los ofrecieron en primera instancia. No lo compró, y ahora pretenden impedir su construcción, con el argumento del ecocidio. Fuentes que conocen del caso y han ingresado a la propiedad de la familia Riu, dan cuenta que se está cuidando al extremo, el manejo de la vegetación existente y las inspecciones de la Profepa son una constante. Por parte del gobierno municipal, no podia negar una licencia de construcción, si se cumplía con todo lo que la ley exige.
Pero a la familia Cosío eso no le sirve. No quieren tener de vecinos a los huiros del Riu.