King Kong reaparece en medio de un mundo prehistórico

CIUDAD DE MÉXICO

Agencias Quequi

 

La historia del primate más famoso del cine (y seguramente el más grande de todos) vuelve a contarse desde el principio, pero con varias claves novedosas. La más notable tiene que ver con el contexto histórico, literario y cinematográfico desde el que se concibe la acción. La trama viaja desde la lucha en el Pacífico entre estadounidenses y japoneses durante el último tramo de la Segunda Guerra Mundial hasta 1972, cuando Estados Unidos está a punto de culminar otra contienda bélica (su desastrosa irrupción en Vietnam) y al mismo tiempo se pone en marcha el programa Landsat, la más ambiciosa operación de la historia destinada a conocer la geografía terrestre a través de imágenes enviadas por satélites.

«A comienzos de los 70 el mundo era un caos -le contó Vogt-Roberts, director de la cinta, al diario inglés The Guardian- y me atrapó la idea de utilizar ese contexto como un punto de entrada a la historia. Imaginen la situación: gente que está en el medio de revoluciones sexuales, disturbios raciales y guerras perdidas es llevada a una isla que permanece igual desde la prehistoria. Ningún humano la tocó. Hay una situación de catarsis generalizada alrededor de todo esto.»

La película se rodó en exteriores de Hawai, Vietnam y Australia de atrapante belleza natural. El nutrido elenco que incluye a Brie Larson, a Tom Hiddleston, John Goodman, Samuel L. Jackson, Toby Kebbell, John C. Reilly, Corey Hawkins, John Ortiz y Jason Mitchell, representa y personifica las múltiples connotaciones que tiene la historia. Hay científicos, soldados, empresarios codiciosos, aventureros desprendidos y hasta algún sobreviviente llegado desde el fondo del pasado. Todos se mueven en un entorno que Vogt-Roberts quiso que fuese lo más natural posible, más allá de los efectos visuales que dieron vida a horripilantes criaturas. Apuntó Hiddleston que la producción dedicó entre nueve y diez meses a la búsqueda de locaciones.

Todo este entramado de personajes y situaciones históricas llena de nuevas perspectivas la historia del rey Kong, que esta vez no sigue la ruta que lo lleva hasta la cima del Empire State de Nueva York. Hay otro tipo de travesía que remite directamente a El corazón de las tinieblas (el personaje de Hiddleston se apellida Conrad) y al modo en que esa extraordinaria novela inspiró a Francis Ford Coppola para concebir Apocalypse Now (el personaje de John C. Reilly se llama Marlow).

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