JORGE GONZÁLEZ DURÁN. La Jiribilla

 

 

LA HERENCIA MAYA

 

Numerosos investigadores occidentales han tratado de desentrañar los secretos de la milenaria civilización que construyó portentosos centros ceremoniales, donde rendían culto a sus dioses y celebraban cósmicos rituales para mantener el equilibrio entre el hombre y su entorno. Gracias a esos estudios de destacados investigadores conocemos mucho acerca del pasado de los mayas, pero también es mucho lo que ignoramos. Por ejemplo, su escritura jeroglífica no ha podido ser descifrada.

La antropóloga Emilia Seemann Conzati, en su texto Tihosuco, Lugar Clave de la Guerra de Castas, publicado por el gobierno estatal en 1989, precisa: Los españoles del siglo XVI encontraron que el grupo maya poseía una densa población indígena con rasgos culturales pertenecientes a una elevada civilización; importantes centros urbanos que contenían grandes edificios de cal y canto policromados y calles empedradas, riquezas nunca vistas por los españoles en las Antillas; escritura ideográfica; conocimientos matemáticos y astronómicos que los habían llevado a la fijación de un calendario; practicaba la agricultura y el comercio, su religión era politeísta y tenían un sistema político bien organizado.

Las voces mayas sobreviven en la memoria de los descendientes de los primigenios habitantes de esta tierra; y muchas están resguardadas en textos que rescataron los frailes que acompañaban a los conquistadores. Entre los textos mayas podemos mencionar al Popol Vuh; Los libros del Chilam Balam; cantares de Dzibalché; Códice de Calkiní; Códice Pérez; Crónica de Maní; Crónicas de los Xiu; Ritual de los Bacabes; Rabinal Achí; Titulo de los Señores de Totonicapán; Anales de los cakchiqueles y Título de los Señores de Totonicapán.

Mercedes de la Garza, en el prólogo al libro Literatura Maya señala: El sentido de la creación de nuevos textos mayas, a partir del momento de la Conquista, sólo puede ser cabalmente comprendido si tomamos en consideración por qué realizaron obras escritas los mayas prehispánicos, pues aunque la elaboración de textos en la época colonial responde, en gran medida, a nuevas necesidades surgidas de la conflictiva situación que trajo consigo el dominio español, sus autores fueron herederos de una peculiar concepción del cosmos que nos ayuda a explicar el afán de los antiguos mayas por registrar sus logros científicos, sus conceptos religiosos y su historia.

Más adelante, agrega: Por su propia palabra, sabemos que los autores de los textos mayas coloniales, que fueron seguramente sacerdotes y nobles conocedores de sus códices antiguos y de sus tradiciones orales, se impusieron la obligación de preservar la herencia de sus antepasados.

Conocer las raíces de nuestra cultura es fundamental.

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