Infla Pellico jugosas cuotas

 

En total violación de la ley, Enrique Pellico Daroca, se autoerigió autoridad máxima de un lujoso condominio de la zona hotelera, para desde ahí ofrecer jugosos contratos a empresas afines, a costos irreales, que obliga a los demás condóminos pagar, pues de lo contrario son hostigados y multados.

Su “golpe de estado” lo lanzó desde el comité de vigilancia, organismo que debe cerciorarse que el o la administradora lleve a cabo sus funciones, pero que, bajo su presidencia, redujo a la segunda a una simple “secretaria”, que debe acatar sus órdenes, bajo amenaza de despido.

La Ley estatal de Propiedad en Condominio de Inmuebles es clara en señalar que la asamblea de los condóminos es quien elige a la administradora, quien representa al colectivo y, de acuerdo al artículo 36: “realizar todos los actos de administración y conservación que el Condominio requiera en sus Áreas Comunes; así como contratar el suministro de la energía eléctrica y otros bienes y servicios necesarios para las instalaciones”.

El comité de vigilancia, conformado por sólo unos condóminos, debe, según la misma ley (artículo 40): “Vigilar la contratación y terminación de servicios profesionales convenidos por el Administrador, cuando así lo hubiese acordado la Asamblea”.

De lo anterior se desprende que el administrador es quien efectúa las contrataciones y compras, que son vigiladas por el comité. La tiránica gestión de Enrique Pellico como “jefe” de la administradora es una burla de la ley, y por tanto punible, ya que al borrarse la separación entre ambos cuerpos, se es brazo ejecutor y vigilante de sí mismo a la vez.

Los abusos permitidos en un sistema viciado de esta manera son múltiples y Enrique Pellico da muestra de ello.  Al ser toda la operación dirigida por él, contrata a asesores con onerosos sueldos, cobra cuotas extras para encargar obras que nunca se realizan y pide reparaciones o trabajos a costos exorbitantes, hasta cuatro veces por encima del mercado.

De lo primero, destaca el cobro de 15 mil dólares por condómino (es decir, 1.5 millones de dólares en total) para construir una cancha de tenis, que finalmente no se hizo, pero de cuyo dinero no se ha sabido nada, a más de un año del fallido proyecto.

Del segundo, existe su plan de compra de un sistema de aire acondicionado nuevo, a un costo de 10 millones de dólares, que fue frenado al enterarse los condóminos que no se le había dado mantenimiento y que estaba mal instalado. De todas formas, para las reparaciones insistió utilizar empresas regias afines, que cobraban el doble, triple o cuádruple del precio de mercado, utilizando material inadecuado.

Otro desangre de fondos para los condóminos son la contratación de diversos “asesores” de nula o casi nula aparición, pero que puntualmente sacan jugosos honorarios.

En todos estos cobros, no rinde cuentas ni acepta cuestionamientos. Quien se atrasa en sus pagos o pide primero que le aclaren sus dudas comienza a recibir sanciones y moratorios, además de ser exhibido públicamente, acción nuevamente contraria a la ley y que son denunciables.

Pese a esta intimidación sistemática, la sumatoria de escándalos y anomalías ya tiene hartos a los condóminos, quienes han denunciado a Enrique Pellico por su poco trasparente manejo de las finanzas. Investigando, se ha descubierto que es un personaje conocido en los tribunales mercantiles, donde figura en un gran número de litigios, varios de ellos iniciados por su propia familia.

Las pesquisas continúan, pues surgen más datos en su natal Nuevo León sobre sus pleitos familiares y patrimonio. De ello, este medio dará cuenta.

Dato

Entre sus negocios existe el cobro de 15 mil dólares por condómino (es decir, 1.5 millones de dólares en total) para construir una cancha de tenis, que finalmente no se hizo, y tiene pensado comprar un sistema de aire acondicionado nuevo, a un costo de 10 millones de dólares.

Por Mario Morales > Quequi

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