
Hotelería fantasma
Desolada, luce la franja costera de este municipio, tras violentos desalojos del 17 de junio pasado.
Al menos 15% de la infraestructura hotelera en la costa, en poco más de un kilómetro luce desolada y sólo se ven algunos negocios de ropa, perfumes, estéticas, boutiques, pequeños bares, negocios de comida y artículos de artesanías del otro lado de la vía, desde el kilómetro 7.5 al 8.5 que enfrentan un virtual estado de quiebra, panorama que está así tras el masivo lanzamiento del 17 de junio.
Entre otras cosas, los 16 hotelitos ubicados del kilómetro 7.5 al 8.5 están cerrados, algunos con gruesas cadenas y candados, con vigilantes en su interior y con letreros que advierten “propiedad privada”, pues ya no están los nombres comerciales, algunos fueron desprendidos y otros borrados con pintura, lo que deja ver el progresivo deterioro comercial y baja ocupación hotelera.
Con pequeños establecimientos rústicos construidos con material de la región, el kilómetro de franja costera conocida como “Punta Piedra”, luce en estado de abandono, semivacío, con estéticas, boutiques, pequeños bares y negocios de comida, también ya están cerrados; sólo permanecen ahí algunos cuidadores con radio en mano y cámaras para grabar a todo aquel que se acerque.
Jorge Alcántara, Gabriel Nieto y Rocío Llorden, entre otros pequeños inversionistas, señalaron que están en quiebra al haber invertido en esta zona en condiciones irregulares, en predios cuya propiedad reclaman particulares y comuneros de José María Pino Suárez.
Las historias de familias locales, nacionales y extranjeros que invirtieron sus ahorros y patrimonio en estéticas, boutiques y negocios de comida, son múltiples, quienes pese a que algunos siguen abiertos, no hay gente, pues los hoteles de enfrente están cerrados, con decenas de guardias en su interior que vigilan las 24 horas del día.
Fotos: Francisco Canul > Quequi