¿Habrá voluntad política?

Armando Ríos Piter > Por una #SociedadHorizontal, por una #NuevaRepública

El arranque del 2024 fue tenso en la capital de Guerrero. Apenas en febrero pasado, la intervención de religiosos había definido un acuerdo entre grupos criminales en Chilpancingo. En aquel momento, trascendió según los dichos de sacerdotes, que “Tlacos y Ardillos” habrían acordado respetar el control sobre negocios de alimentos y rutas de transporte público. Hasta dicho “acuerdo”, la capital ardía. Muchos transportistas habían sido asesinados, razón por la cual habrían suspendido sus actividades. La segunda ciudad más grande del estado estaba paralizada.

En julio previo, había circulado en redes sociales, un video en el que se puede ver a la entonces alcaldesa de la capital, Norma Otilia Hernández, en una mesa con un hombre que fue identificado como presunto líder del grupo criminal Los Ardillos. Los videos aparecieron después de que en el cofre de una camioneta abandonada frente a la Iglesia de San Mateo, se encontraran cinco cabezas humanas junto a dos cartulinas de colores fosforescentes que contenían mensajes intimidatorios dirigidos a dicha Presidenta municipal y a su síndico.

La tétrica escena daba ya un marco claro del escenario que vivía la capital. Lo escrito en cartulinas fosforecentes mostraba el terrible desequilibrio social imperante al subrayar: “Saludos Presidenta: Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de que viniste a buscarme. Con cariño, tu amigo”. En otra ponía, “Síndico Andrey Marmolejo sigue amenazando a la gente con las licencias comerciales hijo de tu puta madre para llevarles las cuotas a los Tlacos”.

El recuento de estas noticias, nos permite tener presente el marco en el que se dio uno de las más escalofriantes episodios de nuestra historia reciente. El domingo pasado, Alejandro Arcos, quien no tenía ni una semana de haber asumido el cargo, fue brutalmente asesinado. “Su ejecución rivaliza en salvajismo con el espectáculo que armaron los sicarios a costa de su cuerpo: le cortaron la cabeza y la dejaron en el toldo de una camioneta”, escribieron algunos medios internacionales. Este terrible hecho no ocurre como un caso aislado, se presenta en un escenario de crisis social, ausencia gubernamental y colapso institucional.

Las terribles imágenes, surgidas nuevamente desde estas dolidas tierras surianas, corrieron en paralelo con la presentación de la Estrategia Nacional de Seguridad del nuevo gobierno. Omar García Harfuch, delineó la forma en que Claudia Sheinbaum buscará frenar el deterioro que viven muchas regiones del país.

Durante la citada presentación del martes pasado, se dijo que la actual administración se enfocará en cuatro ejes principales. Al igual que el sexenio pasado, se le dio un especial énfasis a priorizar “el apoyo a las familias más vulnerables”. De igual forma, se subrayó la importancia de contar con un cuerpo organizado con más de 133,000 elementos desplegados, con capacidad de fuego para combatir el poder que ha alcanzado la delincuencia organizada.

La inteligencia y la investigación policial, en estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República, así como con las entidades federativas, para “judicializar los delitos y con ellos combatir la impunidad imperante”, podrían significar una verdadera diferencia. Mientras que los primeros planteamientos, sólo son una continuación a lo tristemente alcanzado por AMLO (200 mil homicidios y 100 mil desaparecidos), los dos últimos rubros sì pueden generar un cambio, al enfocar a todo el aparato de seguridad, a inverstigar y procurar justicia.

Paradójicamente, la primera prueba pública para saber si verdaderamente habrá voluntad política para que esta nueva estrategia funcione, la marca el asesinato de Alejandro Arcos. No hay que olvidar que la declaración de Harfuch dejó un mal sabor de boca, al mencionar que “el alcalde asesinado de Chilpancingo fue a una reunión sin escoltas a un área dominada por Los Ardillos”, como insinuando que hubiera dudas sobre la probidad del edil, de quien muchísima gente en aquel municipio guarda una buena opinión por su activismo en favor de la paz. ¿Se trató de una declaración para sesgar políticamente en contra de un alcalde de oposición? ¿Fue una forma de cubrir la ausencia del gobierno estatal que encabeza Morena? Esperemos que no.

La #SociedadHorizontal deberá hacer un seguimiento estricto a lo presentado, para que los dichos se traduzcan en hechos. La voluntad política se verá si hay resultados prontos y puntuales en torno a lo sucedido en Chilpancingo. La #NuevaRepública requiere, no solo estrategias de gabinete y presentaciones mediáticas, sino resultados tangibles.

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