GERMAN GALLEGOS CRUZ. Mesa De Las Nauyacas

 

AKUMAL, EL DESPOJO

 

 

Atento recado a Pepe Gómez, presidente del Grupo Quequi.

 

Amigo presidente, no cabe la menor duda, que la perspectiva de las cosas cambia, según el ángulo desde donde se observe. Los llamados «dueños» de Akumal alegan estatus de propiedad privada a la totalidad de los terrenos en posesión, desde hace varias décadas. El predio donde se origina el diferendo, después de la subdivisión según escritura pública 11412 media 29,434.80 metros cuadrados, pero mágicamente después de la certificación, subió a 31, 718. 49 metros cuadrados, lo que se protocolizó en la escritura 44535, esto es que de un “plumazo” en el año 2013 la señora Bush se adueñó a través del Ayuntamiento de 2,283.69 metros cuadrados. El terreno del Club Akumal Caribe y propiedad de Laura Bush es mayor, pero es este lote subdividido el que colindaba con el acceso a la playa, y hoy debido a la certificación, colinda con el CEA (Centro Ecológico de Akumal). Doña Laura calculó el deterioro a sus ingresos, si seguía compartiendo rebanadas el «pastel» con los cooperativistas del pueblo, así que mejor decidió buscar una «medicina » eficaz, para sacarlos de la jugada e hizo una petición al Ayuntamiento de Tulum: la certificación de medidas y colindancias, para allegarse con un recurso legaloide, la franja que dejaba paso a los intrusos. Y ni tardos ni perezosos, en acto de buena fe, ignorancia o corrupción, la Dirección de Catastro, le concedió tal documento. La señora Bush, con buena asesoría legal, pudo inscribir en el Registro Público de la pPopiedad, la adición de la franja de tierra en conflicto. Y sin rubor, ni cargos de conciencia, se hizo propietaria del paso hacia la playa.

Esta información me la proporcionó el licenciado Rene Medrano, abogado de los pobladores de Akumal. Me cuenta el abogado Medrano, que esta acción de doña Laura Bush, es un auténtico despojo a la ciudadanía y que hay recursos legales para revertir este acto de injusticia. Los ánimos del pueblo afectado, están en tensión permanente; sin embargo, jamás he sido partidario de recursos vandálicos para dirimir las diferencias, “soy abogado no porro, soy hombre de leyes, no malandrín”, aseguró el abogado. Por eso he fijado mi postura respecto a los hechos violentos suscitados en Akumal en días pasados. Por la vía violenta no conseguiremos respuesta legal, estaremos siempre en desventaja. En las reuniones de toma de decisiones con los afectados, hemos puesto muchos énfasis en buscar solución con la ley en la mano. Ese es el camino por donde hemos de transitar. Quiero hacer una precisión respecto a la postura del pueblo de Akumal; de ninguna manera son los promotores de la violencia. Hay personas de fuera, que han hecho suyo el problema y proponen recursos extremos. Es cierto que hay desesperación e impotencia por los obstáculos que nos pone la contraparte, pero tengo fe en un desenlace favorable a mis defendidos. Alguien en las redes sociales empezó reclamarme de postura parcial favorable a los hoteleros de Akumal, quizá quieran verme, incitando a los pobladores a tomar las «armas». Eso jamás ha de suceder. Y por otra parte, si repruebo los actos de violencia, empezará la sospecha de haberme vendido con los promotores del despojo. Tengo mi conciencia tranquila, porque soy respetuoso en toda la extensión de la palabra, respeto a mis semejantes y respeto a las instituciones de mi país.

 

SIN JUSTICIA, NO HAY PAZ

 

Cuando la ambición nos nubla el entendimiento, somos irracionales. Cuando nos sentimos dueños absolutos de la razón, nos cerramos a una salida negociada. Los «dueños» de Akumal, tendrán que entender, espero que por la buena, que no pueden asumir la postura del todo. Los pobladores de Akumal deben tener ingresos económicos que les permita dignidad en la vida. ¿Cómo no sentarse en una mesa de negociación, con un árbitro imparcial, que permita una negociación razonable? La historia nos regala muchos ejemplos de pueblos inconformes, que rebasan con su furia, las reglas de convivencia. Ese hermoso lugar que pretenden explotar turísticamente en exclusiva, no les dará sosiego para siempre a los «dueños». Siempre tendrán el reclamo de los afectados. Es verdad que el oportunismo, sobre todo político, de algunos líderes venales, promovieron el caos, enganchando a gente ajena al pueblo de Akumal, para hacer negocios fuera de la ley. Hay mucha gente que vienen de otros municipios a competir ventajosamente con los akumalenses, en las actividades que les ha dado de comer por muchos años. Esos advenedizos prestadores de servicios de turismo, mayoritariamente son los promotores de la violencia. Obran en mi poder algunas evidencias al respecto. Creo que jamás sobra una sugerencia cuando es bien intencionada. El despojo que deja sin oportunidades a los habitantes de Akumal, parece irreversible, pero puede aparecer la luz del entendimiento en los que se quieren comer todo el pastel. Que la seducción del “chamuco” a través de sus voceros, como aquel que asegura que las tierras en cuestión son propiedad privada, ¿propiedad privada?, con sus «asegunes».

 

La frase: El sueño es el alivio de las miserias, para los que las sufren despiertos. Miguel de Cervantes.

 

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