Germán Gallegos cruz

GERMAN GALLEGOS CRUZ. Mesa De Las Nauyacas

Hebemus gobernador

Por Germán Gallegos Cruz

Atento recado a Pepe Gómez, presidente de Grupo Quequi

Amigo director, por fortuna terminó el proceso electoral y con ello la guerra de estiércol que alguien financió y otros ejecutaron con ganas de tumbar al que creyeron enemigo del patrón. Creo que toda la ciudadanía, medianamente informada, se hartó de tanta materia fecal usada como una suerte de municiones malolientes para la calumnia y la ofensa. La intención fundamental era aniquilar el honor del enemigo inventado. Tantos intentos infructuosos sin lograr el objetivo, porque al final de cuentas, por los resultados en el proceso electoral, los disparos diabólicos no dieron en el blanco. Desde hace cinco años empezó la guerra, desde hace tiempo se empezó a propagar la mentira, que el ahora gobernador electo se había declarado enemigo del gobernador actual. Si mal no recuerdo, entre los renglones negociados por ceder el lugar en favor del Ejecutivo actual, fue que en la siguiente iba el que atrasó su turno. Bien dicen que los políticos no tienen palabra de honor y ésta es una muestra. En cuanto el actual gobernador ocupó la silla del poder, empezó el ataque de los mercenarios. El objetivo era hacer creer a los quintanarroenses que Carlos Joaquín era un hombre ambicioso y sin honor. ¿Cómo era posible que no le hubiera levantado la mano a “Beto”, cuando éste recibió la constancia de mayoría que lo acreditaba como gobernador electo? ¿Cómo era posible que Carlos no hubiera acompañado a “Beto” en la campaña política de proselitismo? Esa falta de «lealtad» al proyecto, lo hacían merecedor de una etiqueta estigmatizante: Traidor y enemigo del gobernador. Esa fue la pesada cruz que Carlos tuvo que cargar durante un poco más de cinco años. No hubo días que no faltaran las agresiones a su persona y a su familia, no hubo días en que con sorna bien calculada, le endilgaran apodos burlones. Era un agasajo para las «plumas» de alquiler reunirse y planear el próximo golpe. Carlos Joaquín les inspiraba. Lograban dos propósitos, el primero: Quedar bien con el patrón para cobrar el jugoso «chayote». El segundo: Como se acostumbraron al odio inducido, satisfacían sus bajas pasiones, al comentar a quien quisiera oírles, que los ataques eran de puro gusto, porque ellos estaban seguros que Carlos era eso y mucho más de lo que decían de él. Mucha gente se preguntaba en la calle ¿cómo es posible que estos mal llamados periodistas puedan guardar tantos rencores en la estrechez de sus corazones y, aún más ¿cómo es posible que Carlos pueda soportar tantos golpes, tantas agresiones sin chistar? El viacrucis fue largo y aún no termina, porque hay algunos de estos «talibanes» que amenazan en convertirse en fiscales de compañía para corroborar si la imagen de honesto y transparente prevalecerá en el ejercicio del poder.

¿Era necesaria la guerra?
Aún permanece en mi mente esta interrogante: ¿Había necesidad de socavar la armonía social, exacerbar los rencores de la gente tomando partido hacia un lado u otro? Quintana Roo nos ha dado cobijo a todos. A los que aquí han nacido, como una buena parte de mis hijos y a los que en busca de oportunidades llegamos. Si hay promotores de la guerra, debemos buscar a los promotores de la paz. ¿Acaso no es bastante ver y escuchar en los medios masivos de comunicación la tragedia nacional de la gente en otros estados, que por múltiples razones viven en una especie de guerra civil no declarada? ¿Por qué jugar con lumbre donde hay «paja» seca? ¿Por qué rascarle los «güevos» al tigre, si el día menos pensado nos puede dar un zarpazo? Abordemos el furgón de la esperanza, escuchemos el mensaje del gobernador electo que agradece la confianza del electorado que votó por él. No habla de venganzas ni revanchas, sería una pérdida de tiempo -segura-, sólo habla de la aplicación de la ley en los casos necesarios. Le oí decir que necesita a toda la gente del sur, del centro y del norte “para lograr lo que ustedes me han demandado: justicia, oportunidades para todos y equidad”. Lo oí decir también que agradece a sus contendientes del proceso electoral participar en esta justa democrática. Hizo alusión a la disciplina y al esfuerzo que siempre lo ha caracterizado para lograr las metas que se propone. «Todo bien, sin novedad». Sólo esperamos que la consejera presidenta del Ieqroo, Mayra San Román Carrillo Medina, emulando al cardenal protodiácono, informe a la sociedad quintanarroense con las palabras sacramentales: Habemus gobernador. Desde ahí se empezará a escribir una nueva historia, espero con toda el alma sea sin rencores, sin excesos, sin abusos de poder y con enorme tolerancia para quienes piensen distinto. El mensaje de agradecimiento generó muchas expectativas, parece ser que las cosas mejorarán para quienes tienen menos, y eso es muy esperanzador. El hambre del pueblo hace revoluciones.
La frase: Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos… Nicolás Maquiavelo.

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