GERMAN GALLEGOS CRUZ. Desde La Mesa De Las Nauyacas
LA «TENEBROSA» RED…
Atento recado a quienes aún creen…
En honor a la verdad, ustedes creen que el gobernante recién electo tiene entre sus prioridades de gobierno, acusar penalmente a su antecesor por conductas ilícitas? Veamos; En el sistema político mexicano, solo sufren esa afrenta quienes cometen agravios personales a quienes están en la escala jerárquica superior. En el fuero interno de cada gobernante, subyace una idea que taladran día y noche los sesos del recién llegado. Y a través de la conciencia se arma una pregunta: ¿Es verdad que mi antecesor es un bandido y casi acabó con el patrimonio que le tocó administrar y resguardar?, ¿pero acaso afectó mi patrimonio personal? Total, lo que se robó este hijo de la «tiznada» no era mío (piensa pausadamente) y si al final de cuentas lo meto a la cárcel, corro el riesgo que la sentencia bíblica de la «vara» se utilice en mi contra al final de mi mandato (sigue elucubrando). Mejor le apuesto al olvido, o a un espectáculo mediático concertado, total, la gente tiene memoria corta (concluye).
Esto que expongo nos es producto de mis pensamientos febriles, está demostrado en hechos verificables. Me llama la atención que le apliquen una especie de ley fuga sin disparo, a un par de bribones: Javier Duarte y Guillermo Padrés, ambos exgobernadores, de Veracruz y Sonora respectivamente. Estuvieron al alcance de la Procuraduría General de la República, y por angas, o por mangas, los dejan ir. Luego de unos días de «gracia» para hacerse ojos de hormiga, anuncian con todos los recursos de comunicación del estado mexicano, que han lanzado la alerta roja (a la Interpol) para localizar a los fugitivos, que endenantes estaban a la vista de todos. Que circo tan bobo le venden al pueblo de México… carajo. Y el ciudadano ordinario como yo, se emociona. ¿Meterán a la cárcel al bandido de Duarte, y seguro que caerá también el atracador sonorense y que tal si en una de esas también llaman a cuentas a Roberto Borge de Quintana Roo? El pueblo goza una emoción instantánea, pero luego se da cuenta que nada le han hecho a Fidel Herrera, Humberto Moreira, Rodrigo Medina, Ángel Aguirre, Cesar Duarte, Romero Deschamps y se nos pasa la emoción.
No es que los ciudadanos precisemos con urgencia cárcel para los gobernantes bandidos, solo es un reclamo de justicia elemental. Nunca será justo que mientras estos malos mexicanos naden en un océano de dinero mal habido, la gente pobre muera de hambre y enfermedades curables, por falta de alimentación básica y medicamentos. Nos seguiremos preguntando hasta la eternidad; por qué la corrupción y la impunidad se instaló para siempre, en México? Dicen que hay una red tenebrosa de complicidades automáticas en las esferas del poder político en nuestro país. Muy difícil de entender. Todos los hombres del poder, necesitan ayuda para encumbrarse: padrinazgos, conexiones, «mecenas» (inversionistas) en política, que siempre le apuestan a la «ganancia» grande, pues el dinero que aportan, también es de gran volumen y hay que recuperarlo a como dé lugar. Por eso cuando el carismático candidato accede al poder, llega lleno de compromisos, hay que devolver los favores con réditos exponenciales y así, aunque quiera enderezar lo chueco, le será imposible. Una de las razones que inician el desaliento popular, es la falta de información respecto al avance en las promesas de campaña. Por ejemplo: ¿Qué porcentaje han caminado las auditorias en el caso de Quintana Roo? Al no saber con certeza que despachos contables trabajan para aclarar lo turbio, la duda nos asalta. Y si por alguna rara razón no encuentran elementos para la condena de los que robaron, pues se archivara el caso, para formar parte de las estadísticas de la endémica impunidad. Entonces entraremos al laberinto del olvido, hasta que llegue la siguiente campaña política y caigamos víctima de la seducción del discurso retórico bien armado, para volver a creer en la siguiente mentira.
EN LA CULTURA DEL ENGAÑO…
Nos engaña la húngara, el ministro religioso, el merolico callejero, el engaña bobos, el comerciante deshonesto, el dueño del casino, las televisoras de Chapultepec y el Ajusco, el político de oficio, etc. Una nos dice adivinar nuestra suerte y nos birla un dinero, el otro nos oferta vida eterna y nos caemos con el diezmo y a veces un poco más, el merolico nos vende el remedio para la impotencia y para curar la bilis, y nada, el engaña bobos que nos pregunta en donde quedó la «bolita» y nunca supimos, el comerciante con sus descuentos en mercancías caducadas, el ludópata que nunca acepta que ya perdió su patrimonio en el casino y sigue creyendo que siempre gana las televisoras que nos enseñan como conmiserarnos para dar lástima con nuestra dejadez, a través de sus telenovelas de lloriqueos y el político que nos promete las perlas de la virgen y hasta nos dice que somos muy amigos desde que jugábamos «chácara». Así hemos vivido, bajo este teatro de mentiras recurrentes y creo, así viviremos hasta el final de los tiempos.
La frase: Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres…Gandhi.