GERMÁN GALLEGOS CRUZ. Desde la Mesa de las Nauyacas
LOS SEÑORES OCHOA Y KING…
Atento recado a los analistas de café. La oportunidad de un cambio en el liderazgo estatal del PRI de Quintana Roo se esfumó. Como siempre, pudo más la fuerza de un probable padrinazgo que la conveniencia de «oxigenar» al vetusto partido de «jóvenes», como lo conceptúa el señor Ochoa Reza. Razones ocultas, le refrendan la confianza al estigmatizado Raymundo King de la Rosa. Nadie puede negar que el hombre trae a cuestas un desgaste político por los desatinos en la conducción del partido en la última elección en Quintana Roo. Logró sumar con asombrosa facilidad: imprudencia, ambigüedad, dejadez y demagogia, coctel que dio como resultado una falta de credibilidad, que tiene a su partido al borde del abismo. Dice la gente que poco sabe de los menesteres de la política, que muy sano hubiera sido un cambio en el liderazgo. Pero en esta desprestigiada actividad (la política) parece que no hay posibilidades de «oxigenar» nada, ni en las estructuras de gobierno, ni en los partidos políticos. Estos afortunados «hijos del señor» solo se van rotando, pero son los mismos siempre. Una vez un viejo amigo me hizo la observación que entre Manlio Fabio Beltrones y el señor Gamboa Patrón, suman años y años de «chamba» consecutiva, uno va a la cámara baja y el otro al Senado, un periodo después solo cambian de escaño, y así se la llevarán hasta la eternidad. Y agregó: ¿Qué han aportado a la patria este par de auténticos demagogos? Pues bien, cuando el presidente Enrique Peña Nieto decide colocar sus fichas en el tablero de la política nacional y se saca de la manga al señor Enrique Ochoa Reza para dirigir al PRI nacional, en lo personal pensé que era sano traer gente nueva al liderazgo nacional de su partido. Por supuesto que el «jurasic park» tenía que protestar, a pesar del contundente fracaso electoral de un «dinosaurio» miembro de la «manada» priista de la era Mesozoica… Manlio Fabio, con todo y sus trácalas, fracasó… No conozco muy bien al señor Ochoa Reza, pero a pesar de su falta de oficio, creo que va agarrando cancha, sólo falta convencer a los Ulises Ruiz, a los Gamboa Patrón, a los Romero Deschamps, a los Murat, etc., que es oportuno y muy necesario un cambio. Escribo en plural los apellidos de estos «angelitos», porque son «legión». Atrás de cada una de estas «hermanas de la caridad» hay cientos de probables beneficiarios de sus transas, sobre todo de parentela cercana y política. Existen fundamentos para decir que la sangre renovadora puede hacerle bien al alicaído PRI, una bocanada de aire con nuevos pulmones, puede reactivar los oxidados engranes de la obsoleta maquinaria. Donde no cuadran las cuentas es en Quintana Roo, ¿por qué dejar al señor King de la Rosa donde ya probó su ineficacia? ¿Imaginan ustedes al PRI estatal sin el financiamiento de «papá» gobierno? ¿Quién hará las aportaciones económicas para apuntalar el «liderazgo» de don Raymundo? ¿Puede ser que ahora sí la militancia pague sus cuotas? Hay muchas interrogantes en este acto de continuismo irracional. Por ejemplo, ¿quién será el padrino del señor King, que a pesar del inocuo liderazgo, lo mantienen contra viento y marea? Esperé ver en la tarea ingente de revivir al PRI estatal, a Paul Carrillo, José Luis “Chanito” Toledo, Cecilia Loría, etc. Pero sigue el señor King hasta el 2018. Pues la desbandada sigue sin ánimos de regresar al redil. Vi a través de los medios electrónicos y redes sociales, la reunión de marras de la «militancia», que a decir de muchos los llevaron casi «maceteados» para oír dos piezas oratorias soporíferas y tediosas. Nadie mostraba contento ni entusiasmo genuino. La moda de hoy es «chatear» en pleno discurso con sus carísimos «smartphones», sobre todo a los líderes sindicales, que a diario comen con «manteca» y políticos sin suerte, pero ricos. A ellos sobre todo, les valió una pura y dos con sal que el señor King se desgañitara tratando de convencer con sus dotes de orador «incendiario», repitiendo que ahora sí atenderá como se debe a la militancia del partido. Ahora hemos de privilegiar la unidad, pues la pluralidad que se vive en Quintana Roo nos obliga a ser más abiertos, más actuantes. La simulación y las traiciones no caben ya en nuestro partido -remachó-. El hastío, el aburrimiento, la rechifla y los gritos de “fuera, fuera, fuera a los traidores” opacaban la estridencia del líder estatal. Y como niños de escuela, en primera fila, lucía la blanca dentadura en la sonrisa nerviosa de Mauricio Góngora, el entusiasmo forzado de Martín de la Cruz, el voluminoso aburrimiento de Isidro Santamaría, la invencible migraña de Magaly Achach, la belleza en fuga de una isleña y atrás, muy atrás, los amenazados trabajadores, que no soportan las mentiras de toda la vida de sus venales líderes. El hotel Moon Palace, sede del encuentro con la militancia del PRI, pareció ser un desencuentro, pues muchos priistas de mi pueblo, Tulum, se sintieron excluidos por la pretenciosa fanfarronería de un lujo fugaz… Es cuánto.
La frase: Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos… Paulo Coelho.