Por Germán Gallegos Cruz COMPLICES…
Atento recado a la clase gobernante.
Cuán fácil sería hacer un gobierno justo, si la clase gobernante decidiera en un acto de patriotismo y solidaridad, disminuir los exagerados privilegios que tienen. Desde el arranque de la vida independiente de México, nace la élite del poder, que procura vivir a todo lujo a costa del esfuerzo de los mexicanos productivos. Ellos, los gobernantes, jamás han producido absolutamente nada. Ellos «chupan», absorben, ingieren, mastican, succionan, todo lo que la clase trabajadora, los pequeños empresarios, comerciantes e industriales producen. Ellos, la clase gobernante, siempre tiene buen apetito. Quieren comer finas viandas a toda hora y todos los días. Procuran tomar buena distancia de la “chusma» mudándose a vivir en zonas residenciales del mejor nivel, o comprando a los vecinos tres o cuatro terrenos aledaños para construir una mansión digna de su nuevo nivel social. Les da por adquirir carros de lujo y si el pellizco es grande hasta piensan en yates y aviones. Les entra la comezón de promotores mundiales de las bellezas naturales del terruño gobernado. Viajan por todo el mundo mientras sus «corifeos» anuncian óptimos resultados de sus caprichosos periplos. Esta clase de gobernantes que han logrado tejer una intrincada red de complicidades, normalmente cae en excesos sin consecuencia alguna. El poder económico y político se vuelve «droga» adictiva que penetra hasta la medula de ellos mismos. Luego así, para librarse de algún desaguisado posterior al cargo, procuran brincar de puesto en puesto hasta el hartazgo. Un ejemplo tamaño «caguama» de los saltimbanquis del poder, son: el yucateco Emilio Gamboa Patrón y el sonorense Manlio Fabio Beltrones. Van del Senado a la Cámara de Diputados y al revés; pero jamás quedan fuera del presupuesto. Vean si este par de «aretes» le han hecho un bien a México. En su dilatada estancia en el poder han amasado enormes fortunas. Como legisladores trabajan por conveniencia como peones del ejecutivo, creando leyes y reformando las ya existentes para seguir jodiendo a los que si trabajan. En la intrincada red de complicidades caben todos los que han despojado a México. El jefe del poder ejecutivo y su abultado séquito, los legisladores, senadores y diputados, el poder judicial y sus privilegiados ministro, las cortes federales, estatales y los corruptos jueces, los parásitos partidos políticos que sin rubor alguno le deben obediencia a quien autoriza las enormes prerrogativas, que van a parar a los bolsillos de los liderazgos nacionales. ¿Cómo frenar las arbitrariedades de esta clase política que se siente segura ante la dejadez de los ciudadanos? Ellos saben que mientras los mexicanos tengan un televisor donde ver el futbol, las telenovelas y las series de narcotraficantes, amén del fanatismo religioso, nada los moverá del poder. México sigue dormido, y quizá hasta borracho y enajenado. Los luchadores sociales de verdad, esos que no están coludidos con el poder, seguirán desgañitándose la garganta, llamando a la rebeldía social sin resultado alguno.
A PESAR DEL GASOLINAZO…
Hay tanto cinismo en el corazón de la clase gobernante, que saben, que la protesta por la enésima mentira gubernamental, será una llamarada de petate. No habrá respuesta al llamado de insurgencia popular para quitar del poder a quienes le han fallado a México. El presidente Peña Nieto seguirá muy campante hasta el término de su mandato y quizá hasta pueda parafrasear a su mentor, Carlos Salinas de Gortari, pronunciando la «inmortal» frase de desprecio “Ni los veo, ni los oigo”, en referencia a quienes piden, deje el poder. Hay optimismo distante en la política, según estos optimistas, la factura del mal gobierno de Enrique Peña Nieto, estará aportando un primer abono en las elecciones de este mismo año y el pago total de la misma, seria la pérdida del poder absoluto en las elecciones presidenciales del año 2018. Muchos analistas políticos dan por hecho que Andrés Manuel López Obrador, ganaría la contienda presidencial, si como se ve, la situación de México empeora. Dice el analista político Rodolfo Barradas, que Peña Nieto será el sepulturero del PRI. Asegura que la cadena de errores por mala fe o incapacidad, abonan el terreno del tabasqueño para ganar la elección presidencial sin ningún problema. Hay otros que piensan en el paralelismo con Lula da Silva, que hasta en el tercer intento logró ganar la presidencia de Brasil. Otros le apuestan al azar, recuerdan que es de buena suerte el tercer intento, porque dicen que «la tercera es la vencida» ¿será?. Había el presagio de una revuelta grande por el «nohoch» gasolinazo; pero no hubo tal, la gente no quiso salir a las calles a protestar. Sólo en las redes sociales parecía grande la protesta. Hubo amenaza de cierre de autopistas y gasolineras, pero no se concretó nada, salvo unas medianas protestas aisladas en el norte de la República. La élite del poder ya nos tomó la medida, saben que el pueblo es distraído y mientras, no nos llegue la lumbre a los aparejos, seguiremos siendo apáticos.
La frase: Cuando hay una tormenta los pajaritos se esconden, pero las águilas vuelan alto… Mahatma Gandhi.