Furia del gremio por muerte de Valladares
CANCÚN
Por Héctor Bello Guadarrama y Juan Manuel Trinidad>Quequi
La muerte del reportero y camarógrafo Javier Rodríguez Valladares, que se desempeñaba como camarógrafo de Canal 10, que se transmite a través del servicio de televisión por cable desde Cancún, generó distintas manifestaciones de solidaridad entre los compañeros que se dedican a ejercer el periodismo, y confirma la falta de seguridad que enfrenta la población de un sitio turístico que ya acumuló más de 360 muertes.
Con tres asesinatos en menos de 60 días de reporteros en el estado de Quintana Roo, la estadística cimbra a un gremio que reconoce sentirse desamparado ante los hechos de sangre que sacuden y conmocionan diariamente a la sociedad, con un número cada vez mayor de muertes colaterales de las que nadie se ocupa. Y la autoridad, lejos de reaccionar positivamente, se encuentra sin detener a responsables, pero intenta por todos los medios minimizar los hechos violentos.
Tal es así, que se descalificó la labor del trabajador de medios, al decir que por no traer uniforme y estar fuera de horario laboral, no podría considerarse como un atentado a la libertad de expresión. Situación que podría ser aprovechada por las compañías de seguro para incumplir con su responsabilidad, y dejando una vez más en el desamparo a las víctimas.
Hasta el pasado miércoles antes de mediodía, el compañero camarógrafo laboró como siempre, lleno de entusiasmo, dedicado a sus tareas, pendiente de todo y dispuesto para poder auxiliar a los demás que lo requirieran. Con una gran sensibilidad ante las personas que enfrentaran alguna situación vulnerable, en especial con sus compañeros de trabajo, a los que dedicaba tiempo con visita cuando caían enfermos, y permanecía en constante contacto hasta que se recupera.
Sonriente y amable, con muchos sueños por cumplir, siempre trabajando y ocupado por conseguir mejores cosas en la vida por el camino honesto, entregado por completo a su pasión: el periodismo. Pero en su afán por ser mejor cada día, se dedicaba también a la venta de automotores, motocicletas o vehículos a los que invertía para poder lograr sacar algo más para llevar a su casa y compartir. Iba a casarse pronto, ya que hace menos de un mes, anunció a través de sus redes sociales, que contraería matrimonio, cuya boda civil celebraría hoy 31 de agosto y el 8 de septiembre se casaría por la iglesia. Lo que ya no podrá ser gracias a que miles de cuerpos de seguridad destacamentados en Cancún, incluyendo a las fuerzas del orden de la localidad y el estado, no lograron evitar que el crimen sumara una víctima más.
La comunidad de periodistas de Cancún, haciendo espera desde el mediodía en la funeraria, estuvo en guardia y permaneció hasta la llegada del féretro con “Javi”, como era llamado por sus amigos y compañeros de trabajo. En el gremio, ganó el sobrenombre de “Winnie Poh”, por su carácter y amistad hacia los demás, por los que estaba siempre interesado por ayudar a su prójimo.
Los reporteros de agencias informativas de todo el mundo, dieron titulares con la triste noticia de tu partida.
VERSIONES
Las primeras investigaciones de la Fiscalía de Justicia del estado, que dirige Miguel Ángel Pech Cen, determinaron que en los hechos donde falleció Javier, también fue ultimada una segunda persona, a la que según dispararon 14 veces en el cuerpo, lo que terminó con un corpulento cuerpo que en la escena visiblemente intentó huir. En tanto que al periodista tres tiros fueron suficientes para lograr alcanzar órganos vitales. Murió instantáneamente, pues cuando llegaron los paramédicos aseguraron que nada quedaba por hacer.
Por otra parte se maneja que al estar realizando una compraventa de un vehículo a un sujeto, le costó la vida al joven camarógrafo cancunense, quien fue una víctima circunstancial de los sangrientos ajustes de cuentas que a diario ocurren en Cancún, y en cuanto a los hechos existen versiones distintas, pero que van encaminadas a que al tipo que lo acompañaba era a quien iban a ejecutar, pues presenta varios disparos en el cuerpo y en el piso rematado.
Tras salir en horas de esa trágica tarde de su trabajo, Javier, se encontró con un sujeto al que pretendía venderle un auto, por lo que en busca de cerrar dicha transacción, pues le urgía reunir más dinero para celebrar su próxima boda, lo acompañó a la vivienda de la calle Playa Caleta de la Sm 29, donde tres impactos de bala truncaron sus prometedores planes.
“Mientras hablaba con él, oí amenazas y una discusión”, refiere la mujer que a punto estuvo de convertirse en la legítima esposa de Javier, al relatar los últimos instantes en los que con él tuvo contacto vía telefónica, cuando su prometido se encontraba en la casa de la Sm 29, donde acudió invitado por su amigo y comprador del carro, pues quería que conociera su nueva vivienda, y estaban a punto de retirarse del lugar cuando fueron baleados.
La versión que dan vecinos, es que los sicarios ya estaban esperando en un carro a los ahora occisos, y cuando vieron salir al acompañante de Javier Valladares, conocido como Víctor Francisco G.T, arribaron los victimarios y escucharon los disparos viendo caer a ambos y logrando darse a la fuga los asesinos.
Al realizar rastreos los criminalistas en el lugar de intervención, encontraron en el lugar 26 cartuchos percutidos calibre .223, para rifle AR-15, y calibre 40 para pistola, lográndose apreciar alrededor de 14 orificios de bala en el cuerpo de Víctor, y tres en la humanidad del camarógrafo; uno en el rostro, en la costilla y altura de la axila.
En relación al tema cabe destacar también que Víctor Francisco G.T, había sido detenido en el año 2010, tras ser relacionado en dos ejecuciones de artesanos encontrados en la Región 526.
Por otra parte la Policía Ministerial continúa con las indagaciones en torno al asesinato perpetrado en contra del camarógrafo. Las indagatorias continúan en los alrededores de la escena del doble asesinato, pues tratan de ver si en la zona existe alguna cámara de video o testigos oculares que hayan visto la unidad de los sicarios.