Fue 2016, año de crecimiento
Por Raimon Rosado
Cancún
Para la Prelatura Cancún-Chetumal, que encabeza el obispo, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, el 2016 fue un año trascendental en el crecimiento de la presencia de Iglesia Católica en Quintana Roo, ya que además de la consolidación y puesta en marcha de la primera etapa del Seminario Mayor del estado, se inauguraron siete nuevas capillas, enfocadas principalmente a atender a la comunidad creyente de poblaciones rurales en el Norte y el Sur de la entidad.
Sobre la expansión que tuvo esta institución religiosa en el estado, la cual alberga alrededor de un millón de fieles, durante el año apenas finalizado, su máximo representante, indicó que con la construcción del Seminario erigido en honor a “San Rafael Guízar y Valencia y Santa María de Guadalupe”, se dio un paso trascendental en el aseguramiento del futuro y la atención que se brindará a la comunidad católica del estado. Sobre todo, bajo la premisa de que sean justamente sacerdotes nacidos o arraigados en Quintana Roo, los que se encarguen de ello.
De tal forma, considera que fue gratamente sorprendente, el que con la puesta en marcha del seminario, en el 2016 se unieran 15 jóvenes más a las vocaciones ya existentes, siendo un total de 48 los estudiantes que se encuentran en proceso de formación sacerdotal, lo que contrasta significativamente a lo que sucede en otras partes del país y del mundo, donde las vocaciones sacerdotales, no rebasan de cinco o diez jóvenes.
Asimismo, destacó que en el 2016, fueron un total de siete las capillas concluidas y entregadas a sus respectivas comunidades, entre ellas, Kuchumatán, en el municipio de Othón P. Blanco, Kalutmil y Andrés Quintana Roo, en Lázaro Cárdenas, lo que se logró gracias a la ayuda de empresarios comprometidos con la causa católica, y por estudiantes y directivos ce la Universidad Anáhuac de Cancún.
Der igual manera, destacó el gran apoyo que para todo ello han recibido por sacerdotes y misioneros extranjeros, provenientes de Estados Unidos España y Alemania, cuyos contactos en otros países, han servido para apoyar la construcción de las capillas.
“A medida que en nuestro estado existan iglesias, comunidad y arraigo, los quintanarroenses se encariñarán más con su estado, por lo que considero que ha sido Dios quien en esta ocasión puso los ojos en este paraíso y nos ayudó a consolidarnos de un modo no antes visto”, concluyó