Frenarían la reactivación

Por Blanca Silva Quequi

En un intento de frenar la propagación del Covid-19, a partir del 26 de enero Estados Unidos exigirá una prueba PCR negativa a todos los pasajeros aéreos que ingresen a ese país, que representa el principal mercado emisor de turistas para el Caribe mexicano ante las restricciones impuestas por otros mercados.
La medida fue tomada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), poniendo en alerta al sector hotelero, ya que podría inhibir la afluencia de turistas a este destino, debido al costo que representa la realización de la prueba, cuyo promedio es de 150 dólares, pero puede alcanzar hasta los 200 dólares.
De esta manera, Estados Unidos se suma a otros países que han implementado esta medida con el mismo fin, como Brasil y Canadá, por lo que el sector ya gestiona con las autoridades una reducción en el costo de la misma, además de la instalación de tres centros de toma de muestras en la Zona Hotelera de Cancún.
Al respecto, la secretaria estatal de Turismo, Marisol Vanegas Pérez, reveló una estrategia para que la prueba PCR sea sustituida por una de antígenos, que son muy certeras en la detección temprana de la enfermedad, ya que tienen un 99% de confiabilidad y es mucho más barata y más rápida, las cuales todavía no están incluidas en los protocolos porque salieron hace apenas un mes al mercado.
Agregó que también se elaboró un padrón de las empresas que realizan las pruebas PCR, los costos y tiempos de respuesta que se entrega a consulados y turistas, además de subirlo a la plataforma de Guest Assist y el call center para informarle al turista.
Además, indicó que se han dispuesto hoteles de bajo costo para apoyar a aquellos turistas que no se realicen la prueba con tiempo para abordar su avión o salgan positivos, independientemente de que todos los hoteles certificados tienen el protocolo para albergar casos positivos de Covid-19, pero con la misma tarifa.
De acuerdo con los CDC, “las pruebas antes y después del viaje son una capa crítica para frenar la introducción y propagación de Covid-19”, por lo que “esta estrategia es consistente con la fase actual de la pandemia y protege de manera más eficiente la salud de los estadounidenses”.
El documento agrega que las variantes del virus SARS-CoV-2 continúan surgiendo en países de todo el mundo y hay evidencia de una mayor transmisibilidad de algunas de estas variantes, por lo cual Estados Unidos decidió poner como requisito la exigencia de pruebas negativas de Covid-19 a los pasajeros aéreos para frenar la propagación del virus mientras trabaja para vacunar a su población.
Los lineamientos establecen que antes de viajar a Estados Unidos deberá presentarse una prueba negativa, que se complementará con otra más de tres a cinco días después de su llegada a territorio estadounidense y permanecer en casa durante siete días después de viajar.
“Las pruebas previas a la salida con resultados conocidos y tomados en cuenta antes de que comience el viaje, ayudarán a identificar a los viajeros infectados antes de abordar los aviones”, destaca.
Para ello, los pasajeros aéreos deberán someterse a una prueba viral (una prueba de infección actual) dentro de los tres días previos a la salida de su vuelo a Estados Unidos, así como proporcionar el comprobante impreso del resultado de la prueba de laboratorio en papel o en formato digital a la aerolínea, o proporcionar documentación que haga constar que se recuperaron del Covid-19.
Por su parte, las aerolíneas deben confirmar el resultado negativo de la prueba para todos los pasajeros o la documentación de recuperación antes de abordar, ya que de lo contrario deberán negar el embarque al pasajero.
El director de los CDC, Robert R. Redfield, indicó que las pruebas no eliminan todos los riesgos, pero cuando se combinan con un período de quedarse en casa y las precauciones diarias, como el uso de máscaras y el distanciamiento social, pueden hacer que viajar sea más seguro, más saludable y más responsable al reducir la propagación en aviones, aeropuertos y destinos.
La creciente exigencia de pruebas PCR a los viajeros ha empezado a causar estragos en la industria aérea, cuyos primeros coletazos empezará a resentir el destino a partir de febrero, luego de que la aerolínea canadiense WestJet anunciara que eliminará el 30% de sus operaciones programadas para febrero y marzo.
La medida prevé suprimir los viajes hacia 13 destinos internacionales de México, Estados Unidos y la región del Caribe, lo cual incluye las rutas Edmonton-Cancún y Vancouver-Cancún, entre otros, luego de que las restricciones de viaje impuestas por el gobierno canadiense provocaran una demanda volátil e inestabilidad en el transporte aéreo.
Apenas esta semana, la industria aérea alertó que la reimposición de medidas que habían sido suspendidas, como las cuarentenas y la exigencia de pruebas y tests, así como nuevas prohibiciones de vuelos hacia ciertos destinos, es un retroceso en los esfuerzos por recuperar numerosos sectores económicos, como lo son viajes y el turismo.
El Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés) y la Organización Civil de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO por sus siglas en inglés) expresaron su preocupación ante las intempestivas medidas y restricciones que afectan los viajes aéreos.
Advirtieron que los nuevos requisitos para viajes en la región atentan contra la recuperación económica, pues la implementación de cuarentenas anula la demanda de viajes e incrementa el número de empleos en riesgo, ante lo cual la previsibilidad y el trabajo articulado gobierno-industria son fundamentales para brindar confianza a los pasajeros y mantener una operación segura y eficiente en cumplimiento de las regulaciones.

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