Frena funcionaria al turismo arqueológico
Por Redacción > Quequi
Adriana Velázquez Morlet, delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Quintana Roo, desde hace 23 años continúa obstaculizando la apertura de los vestigios arqueológicos de Ichkabal, pese a los planes del gobierno del estado de utilizarlos para impulsar a la Zona Sur.
Pese a que las autoridades estatales esperan poder ofrecer este atractivo turístico a partir de mayo, la delegada afirmó que sería “muy aventurado” asignarle una fecha de apertura.
Debemos mencionar que en noviembre pasado, el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Turismo (Sedetur) que encabeza Marisol Vanegas Pérez, firmó un acuerdo con las autoridades del INAH para detonar turísticamente a Ichkabal.
Esta ciudad maya, la tercera de mayor importancia en la Península, de acuerdo a los estudiosos, cuenta con decenas de estructuras y podría atraer a miles de visitantes a esta zona de Bacalar. No obstante, los vestigios permanecen sin ser aprovechados desde hace más de una década, pues la delegada ha protagonizado diversos pleitos con los ejidatarios de la zona.
Ahora, estos problemas han sido resueltos y la dependencia cuenta con un presupuesto de 11 millones de pesos para dar continuidad a los trabajos en Ichkabal, pero Velázquez Morlet mantiene su negativa a ponerle fecha de apertura, con el argumento que faltan los estudios ecológicos y arqueológicos para establecer los accesos a la zona, labor que se está pidiendo que se realice desde hace más de una década y para los que esta dependencia recibe un millonario presupuesto.
Autoridades municipales han manifestado su deseo de que se permita al público admirar estas bellezas históricas, que superan en número incluso a las de Chichén Itzá, pero la burocracia en el INAH mantiene sumida en la marginación a esta zona rural, que podría obtener fuertes ingresos a través del turismo arqueológico.
Expertos han detectado poco más de 300 estructuras, entre las que destacan cinco palacios con más de 40 metros de altura, los cuales son de la era del preclásico, clásico y posclásico, incluso del posclásico tardío, todo esto en el periodo de 300 a 400 a.C., hasta llegar a los mil 500 d.C., lo que demuestra la importancia de este sitio arqueológico.