Exigen reglamentar la actividad, una de las más rentables en el municipio y todo Quintana Roo

Playa del Carmen

La falta de voluntad política tiene aún sumida en el descontrol y la anarquía a la actividad del buceo, una de las más rentables en la Riviera Maya, y en todo el estado de Quintana Roo.

Así lo consideró Wiliam Ortega, secretario de Actas y Acuerdos en el sindicato de Buzos del Caribe, quien comentó que ante falta de regulación, por parte principalmente de la Secretaría de Desarrollo y Turismo (Sedetur), de la Secretaría de Turismo (Sectur) y de la Secretaría del Trabajo, no hay un padrón claro ni preciso de todas las personas que realizan el buceo ni tampoco de las empresas que ofrecen el servicio de buceo, tanto en el mar como en cenotes.

“Esta vez queremos que haya avances, pero que queden en papel, porque siempre son buenas intenciones y promesas que desaparecen apenas se da un cambio de administración, esperamos tener algo sólido antes de que termine este año”, señaló.

 

OBJETIVOS

El buzo comentó que dado el riesgo que implica esta actividad y la gran demanda que tiene en la Riviera Maya, “se debe regular, hacer una revisión de todos los guías y hacer un consenso para tener una cantidad del número de empresas y de buzos que somos, estamos hablando de más de dos mil personas”.

Esto porque al momento quienes realizan la práctica del buceo en el estado de Quintana Roo, solamente están avalados por asociaciones internacionales, que si bien tiene reconocimiento mundial, no atienden las demandas específicas que tienen cada localidad.

“Hay varias asociaciones internacionales como PADI, SDI, entre otras que nos autorizan para dar este servicio y son reconocidas mundialmente, pero estas certificadoras no pueden ofrecer a nivel local las reglas del buceo, porque éstas deben de ser mucho más específicas, partiendo de la realidad que se vive en nuestra aguas en este sentido urge una reglamentación propia”, comentó.

Lo anterior porque la falta de regulación propicia que se den casos de pirataje, de empresas “patito” que generalmente son dirigidas por extranjeros que aprovechan estos vacíos legales para ofrecer sin la necesaria experiencias sumersiones que incluso terminan en tragedias.

“Tenemos claros ejemplos de los riesgos de que no haya regulación en el buceo, hemos tenido lamentables decesos en cenotes y a pesar de esto seguimos igual, sin una reglamentación que regule la actividad, lo que sería no solamente beneficioso para nosotros sino para el turismo”, concluyó.

 

 

Por Luis García

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