
El tren de la historia
FELIPE CARRILLO PUERTO
Sin duda alguna, el corazón de la Zona Maya de Quintana Roo guarda grandes vestigios históricos como el ferrocarril “Decauville”.
Datos aportados por el cronista vitalicio de la antigua NojKaj Santa Cruz Xbalá’an Naj, hoy Felipe Carrillo Puerto, Mario Chan Collí, refieren que para conocer la importancia del trenecito cuyos vestigios se exhiben en los jardines del Museo Maya de la ciudad, habría que remontarnos algunos pasajes de la historia de Yucatán y de la situación que acontecía en el país durante el Porfiriato.
El proyecto de crear un ferrocarril “Decauville” en las tupidas selvas del oriente de Yucatán, surge como consecuencia de la Guerra Social Maya -movimiento armado que se registró del 30 de julio de 1847 al 4 de mayo de 1901.
En 1895, buscando recuperar las plazas perdidas contra los rebeldes mayas, Porfirio Díaz diseñó un plan de acción que contemplaba entre otras estrategias, explotar los recursos naturales y crear una empresa ferroviaria. Siendo así que en el año de 1897, el Gobierno Federal otorgó una concesión a la compañía de los ferrocarriles sud-orientales de Yucatán, bajo la obligación de construir una línea de la villa de Peto a la Bahía del Espíritu Santo.
Con el propósito de recuperar Chan Santa Cruz, se cambió el nombre a Santa Cruz de Bravo, en honor al temido general que dirigió el Plan de Campaña, explicó Chan Collí.
El cronista apuntó que el 24 de noviembre de 1902, se decretó la creación del Territorio de Quintana Roo, con lo cual inicia el proceso de urbanización de la ciudad, que consideraba la construcción del ferrocarril “Decauville” de Vigía Chico a Santa Cruz de Bravo, con una longitud aproximada de 56 kilómetros.
Con el fin de la Guerra Social Maya, el general Bravo construyó un cuartel y se estableció el primer sistema de agua potable, así como al servicio telegráfico. Respecto al ferrocarril, se diseñó un sistema de vía de 60 centímetros de ancho.
El contrato comprendió 70 kilómetros, armado sobre durmientes de acero en tramos de 5 metros, con 6 durmientes cada tramo, siendo el peso por metro lineal de 12 kilos y el de los durmientes de 6 kilos; 8 cambios de aguja; 10 carros furgones de 6 toneladas y 14 carros plataforma de 3 toneladas y 3 locomotoras de 40 caballos de fuerza.
De acuerdo a datos, el ferrocarril Decauville estuvo terminado a finales de 1904, tras el trabajo de 200 presidiarios y ciudadanos beliceños. La inauguración del trenecito, según un acta remitida por el general Bravo, se llevó a cabo el 4 de septiembre de 1905, en la cual también fue conocido como Ferrocarriles de Quintana Roo y/o Ferrocarriles del Norte de Quintana Roo.
Al retirarse el general Bravo de Quintana Roo en 1912, los mayas rebeldes decidieron destruir la infraestructura del ferrocarril, “quemaron las locomotoras, y las plataformas, las vías fueron tiradas en la selva en el camino a Vigía Chico, y hoy, algunos vestigios han sido recuperados al paso del tiempo y tras la apertura del museo maya, algunas piezas se exhiben en su colorido jardín donde también se encuentra la pila de los azotes” detalló de manera breve el Cronista Mario Chan Colli.
Por Allan Sulub Hernández