El otro lado de la moneda
No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal. Rom. 12:21
La moneda tiene dos caras, las dos le dan el valor que tiene y las dos son necesarias. No podríamos concebir un mundo donde todo sea bueno o todo sea malo. El sufrimiento nos hace valorar la vida de paz y tranquilidad; en la vida abunda la injusticia, la maldad el crimen, sin embargo, hay quienes luchan combatiéndolo.
Actualmente vivimos tiempos de levantamiento social en busca de los derechos humanos, ejemplo de ello, las marchas feministas, que, cansadas de los crímenes, violencia y abusos del machismo, se han volcado en marchas violentas y desmanes. Corrientes libertinas han ido mas allá, reclamar los derechos legales para hacer con su cuerpo lo que quieran hacer, de ahí la despenalización del aborto, acción que en otro tiempo se había penalizado por el deterioro moral. Tal parece que, en la actualidad, estamos teniendo una actitud reactiva e impulsiva hacia la ley que nos regulaba y nos hacía vivir en un marco armónico y de respeto. La sexualidad es otro tema, parece que el pudor ya no nos importa, escudados en “mis derechos, puedo vivir, vestir y comportarme en la sociedad como amí me venga en gana”, bueno, pues cada quien, que haga de su vida un papalote, del color que quiera, échelo a volar a la altura que le dé la gana y disfrute las consecuencias de ello.
El 15 de enero del 1929, nació Martín Luther King, un pastor bautista en los Estados Unidos de América, líder que estuvo al frente de la lucha por los derechos civiles para los afroamericanos que sufrían la discriminación racial, además participó como activista en numerosas protestas contra la guerra de Vietnam y la pobreza en general. Una de sus frases más célebres que acuñó su lucha y que despertó conciencia, fue “Yo tengo un sueño”. Sueño de un mundo mejor, un mundo de reino de Dios, obvio, era un buen pastor.
Martín Luther King es recordado como uno de los más grandes líderes y héroes de la historia de los Estados Unidos, aquien se le concedió el título póstumo “La medalla presidencial de la libertad por Jimmy Carter en 1977 y la medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en el 2004, celebración que se conmemora cada tercer lunes de enero.
No podemos dejar de ver esta vida como una moneda de dos caras, siempre existirá el bien y el mal, ambos le dan valor a la vida, no podría haber justicia si no hay injusticia, no veríamos el bien si no hay mal, la sal le da sabor a las cosas y la luz disipa las tinieblas.
¡Bendiciones amigos y hermanos del camino, del buen camino de Dios! Pbro. Carlos César González Cruz.