El joven que atacó a Uribe fue reclutado

Colombia
Por Agencias

Tenía solo 14 años, pero cargaba una pistola semiautomática Glock y una decisión brutal: matar por dinero. El pasado 7 de junio, en un atentado que sacudió a Colombia, un menor de edad disparó contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, hiriéndolo gravemente en la cabeza. El adolescente fue detenido minutos después, tras recibir un disparo en la pierna durante su intento de huida.

Las autoridades confirmaron que el atacante, cuya identidad se reserva por su edad, tenía un historial preocupante. Había sido parte de un programa social gubernamental destinado a jóvenes en contextos violentos y de pobreza extrema. Sin embargo, abandonó la iniciativa tras solo dos meses.

El joven vivía con su tía en Villas de Alcalá, un barrio marginal cercano a Bogotá. Su madre había fallecido y su padre, según informes, estaría en Polonia con la intención de enlistarse en la guerra de Ucrania. Sin un entorno familiar sólido, el adolescente habría sido reclutado como sicario por un grupo criminal. Al momento de su captura, gritó entre sollozos: “¡Fue el man de la olla! Yo digo quién fue, déjenme darle los números”, en referencia a zonas de venta de drogas conocidas como “ollas”.

El menor confesó haber cometido el ataque por dinero: “Perdón, lo hice por plata, por mi familia”, dijo a los agentes que lo esposaban. La Fiscalía colombiana ya prepara su imputación por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas. Aunque la magnitud del crimen es grave, al tratarse de un menor de edad, la pena máxima que podría enfrentar sería de ocho años, y no en una cárcel tradicional, sino en un centro especializado para adolescentes infractores.

El caso ha reabierto un debate urgente en Colombia: ¿cómo evitar que niños vulnerables sean utilizados como armas por el crimen organizado? El rostro del sicario adolescente —conflictivo, dolido, sin futuro aparente— es también el reflejo de una sociedad que aún no logra frenar la espiral de violencia.