
El futuro de la Comisión de Derechos Humanos
Desde el Palco
Por Julio César Silva Cetina
El próximo miércoles llega a su fin la gestión de Marco Antonio Toh Euán como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo y la del cozumeleño no se trata, evidentemente, de las mejores gestiones al frente de este organismo.
La presidencia de Toh Euán pasó de noche.
Es más, en lugar de rodearse de personas con capacidad, se deshizo de quienes le hacían sombra como lo hizo, por ejemplo, con Olga González, quien se desempañaba como secretaria técnica del organismo y la hizo renunciar hace unos meses.
De acuerdo con la legislación, aún cuando el Congreso no haya designado a la persona que tomará la presidencia de la Comisión, Toh Euán debe dejar el cargo en manos del primer visitador Felipe Nieto Bastida, quien tiene una carrera de 25 años trabajando dentro de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo.
El organismo no ha tenido suerte con sus presidentes más recientes, pues poco a poco ha ido cayendo en los intereses políticos. Lejos quedaron los años cuando se buscaba que al frente del organismo quedaran personas con prestigio, con trayectoria y providad.
Toh Euán, por ejemplo, llegó porque operó políticamente para que lo propusieran el mayor número de organismos no gubernamentales. Lo ayudaron a tener la cargada a su favor y el Congreso lo nombró.
Ahora, para sustituirlo, se habla de que la aspirante más fuerte es la diputada con licencia Judith Rodríguez Villanueva, sobrina del ex gobernador Mario Villanueva Madrid, preso en su domicilio por delitos relacionados con el narcotráfico de los que fue declarado culpable.
No está en cuestionamiento la capacidad de Judith Rodríguez como eventual odbusman, no se trata de sentenciarla previamente.
Lo que le reclaman es que desde el Congreso del estado y en su condición de presidenta de la Comisión de Derechos Humanos operó con premeditación, alevosía y ventaja para promover cambios en la ley, con el fin de eliminar las restricciones que había para que legisladoras o legisladores pudiesen aspirar a la titularidad de la CDHEQROO.
Y en un segundo paso, preparó la convocatoria para el proceso en el que buscar ser designada, la dejó lista y luego se separó de la legislatura, para preseparse a cachar la designación.
Es como si un delantero cobrara un pénalti y después de pegarle al balón corriera a la portería para convertirse en portero y pretender parar el obús que envío. Evidentemente es gol seguro.
De concretarse la designación de la diputada con licencia se estaría sentando un mal precedente, la Comisión de Derechos Humanos continuaría en su degradación en perjuicio de la sociedad.
La eventual llegada de la diputada Judith Rodríguez a la CODHEQROO es como si el presidente de la Comisión de Redacción y Estílo fuese contratado como jefe de redacción de un medio de comunicación.
Es un despropósito. No tiene necesidad de exhibirse. Es joven y Puede esperar.
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