El eclipse que viene
Pbro. Carlos César González Cruz
Recuerdo perfectamente el eclipse hace 33 años, se oscureció, la fauna tuvo su reacción, los gallos cantaron, se dejó sentir el fresco de la noche inmediatamente; hoy en día, me imagino que las luces programadas, se prenderán automáticamente al oscurecerse. Ver y experimentar el espectáculo de este fenómeno, sí que es maravilloso. Debemos informarnos sobre los peligros que hay al mirar directamente al sol sin protección al momento del eclipse dados los daños irreversibles que causa, preferiblemente es mejor verlo en la transmisión de la Tv. De ahí, no hay nada sobrenatural.
Las teorías místicas, subjetivas y de brujas, llenas de fantasías espiritualistas sobre el eclipse que viene, solo son cuentos fantasiosos. El universo y su funcionamiento normal, puede sorprendernos, pero en sí, no hay nada que temer de ello. Disfrutemos de este espectáculo con las debidas precauciones solamente.
No olvidemos lo que sí enseña la Palabra de Dios:
después de esos días terribles: “El sol se oscurecerá, la luna no iluminará más, las estrellas caerán y los cuerpos celestes temblarán. Entonces se verá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y llenos de terror todos los pueblos del mundo llorarán, y verán al Hijo del hombre que viene en las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y él mandará a sus ángeles con una gran trompeta, para que reúnan a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde un extremo del cielo hasta el otro. Mateo 24:29-31
Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. Entonces los cielos se desharán con un ruido espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, quedará sometida al juicio de Dios.
Puesto que todo va a ser destruido de esa manera, ¡con cuánta santidad y devoción deben vivir ustedes! Esperen la llegada del día de Dios, y hagan lo posible por apresurarla. Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán entre las llamas; pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, en los cuales todo será justo y bueno. 2 Pedro 3:10-13
Todo en esta vida caduca y es mudable. Un día, también nuestra tierra acabará, es decir, será mudada como todo ser humano, pues también la tierra tiene la promesa de ser redimida. Un día disfrutaremos de nuevos cielos y nueva tierra conforme a las promesas de Dios. Del fin del mundo, la Biblia habla claramente.
¡Bendiciones amigos y hermanos caminantes del camino!