EL CASTILLO
PROBLEMÁTICO IV INFORME
Ha sido en extremo difícil reconocer puntos en favor del nuevo formato del Informe Presidencial. El por qué, parece haber sido comprendido con anterioridad por el grupo asesor tanto en la política como en la comunicación de Los Pinos. En ello no figura la intención de evitar seguir mintiendo o de prometer lo muy difícil de cumplir ante una situación como la que se enfrenta en la actualidad. Es, tal vez, un destello de pena, de no poder ocultar el proceso por el cual estamos atravesando millones de mexicanos, el cual incluye miseria, decrecimiento, remate del patrimonio nacional, desempleo, pérdida del poder adquisitivo, quiebra de pequeñas y medianas empresas, comercios y, como cereza para un pastel con tales ingredientes, la visita de Donald Trump y su amenaza de la construcción de un muro, levantado desde hace 15 años con la instalación, en algunas áreas, de vallas metálicas.
Seguramente podría haber expuesto la realización de algunas obras, sin embargo, éstas aparecerían acompañadas de los conflictos de interés por todos conocidos. De nuevo se traería a las primeras planas la forma en la cual fueron asignadas, lo oculto detrás de cada una de ellas y por supuesto resucitarían todas las propiedades, incluyendo las del extranjero. No se cuenta con explicaciones lo suficientemente claras para la aceptación de mayores impuestos, de la persecución realizada en el presente por el SAT contra contribuyentes sin capacidad de liquidar adeudos, ante la baja de producción y ventas.
La creciente deuda y la cancelación de partidas presupuestales para llevar a buen término políticas públicas imprescindibles en etapas como la presente, tampoco podrían formar parte de la información a rendir por parte del Ejecutivo federal. Se recuerda también que el año incluye un aumento en la violencia, en los crímenes, en las acciones de la delincuencia organizada, en la comprobación de tortura, de secuestros, de desapariciones forzadas y ejecuciones realizadas por uniformados. La fuga de Joaquín Guzmán Loera está inserta en todos estos temas. Igual aparece su captura. Pero en una y otra, las interrogantes se han multiplicado, ninguna desaparece.
Una negativa sin entender es la de mantener a funcionarios cuya inoperatividad, incapacidad e ignorancia sobre las responsabilidades asignadas, también tendría que informar ante los yerros provocadores de su caída en popularidad y de daños en muchos sectores. El ejemplo de los últimos tiempos se tuvo en el deporte, en las escasas, muy escasas medallas conseguidas y en el hecho de ser solamente uno el civil, el resto, se supo, fueron miembros del Ejército, en ramas en las cuales se han distinguido por estar acompañadas de infancias de hambre y pobreza.
Con el transcurrir del tiempo ya se tiene la certeza de la renuncia de Jesús Murillo Karam, es decir, nunca se tomó la decisión de retirarlo del cargo, ante la acumulación de fallas en el caso Ayotzinapa, sino fue el exgobernador de Hidalgo quien decidió no ensuciar su nombre y apellido, participando en un gobierno con todas las características de fallido. El paisano y extitular de la Profeco agradece ahora el retiro de la función pública. Ambos personajes considerados en el pasado reciente como “claves” en la formación y destino de Peña Nieto, simplemente han buscado permanecer al margen, dejar el curso de acontecimientos sin su participación y, con ello, contar con algunos puntos a favor cuando el final del mandato esté más cerca.