El cambio climático y Nerón

  • Un verano del 64 de altas temperaturas, similares a las del 2023, ayudó al emperador para incendiar Roma y ejecutar a los apóstoles Pedro y Pablo

El Bestiario

Santiago J. Santamaría Gurtubay

El gran incendio de Roma arrasó gran parte de dicha ciudad durante el verano del año 64, cuando Nerón reinaba como emperador. El fuego se inició en la noche del 18 al 19 de julio y la ciudad ardió por espacio de al menos cinco días. La destrucción que causaron las llamas fue importante: según Tácito, cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados, y otros siete quedaron dañados. Algunos monumentos de la ciudad, como el templo de Júpiter y el hogar de las vírgenes vestales, fueron pasto de las llamas. Han transcurrido 1959 años y este verano, producto de la sequía y altas temperaturas no solo Italia, sino todos los países situados en las orillas del Mar Mediterráneo, tanto en el norte como en el sur están sufriendo terribles incendios en sus bosques y en urbanizaciones, registrándose muertes y heridos por doquier. No podemos olvidar las vidas que está tragándose el Mare Nostrum de miles de emigrantes de otros países situados en el Sáhel, quienes arriesgan sus vidas por llegar a una Europa menos seca y calurosa. En este 2023, el cambio climático es culpable principal, amén de otras motivaciones políticas, sociales, crimen organizado y pirómanos con problemáticas de salud mental. ¿El cambio climático no pudo ser un principal causante de esas noches de julio del año 64 con Nerón como emperador de Roma?

Las escenas de turistas escapando de las llamas o de aviones de extinción estrellándose mientras intentan apagar los incendios en el Mediterráneo parecen sacadas de una película de catástrofes. Sin embargo, se trata de imágenes bien reales que se están produciendo en países muy cercanos como Grecia, Italia o Argelia. El verano vuelve a convertirse en una pesadilla en el sur de Europa y norte de África por el avance de las llamas de numerosos incendios, espoleados por las temperaturas extremas y la alta sequedad del entorno. En Argelia, han muerto al menos 34 personas a causa de los fuegos, mientras las temperaturas superan los 45 grados. Y en Italia, los incendios obligaron a cerrar el aeropuerto de Palermo, en Sicilia, que está siendo especialmente castigada por las llamas. Al mismo tiempo, en Grecia, un hidroavión CL-215 con dos pilotos fallecieron estrellados en la isla de Eubea, al nordeste de Atenas.

Las altas temperaturas registradas en el sur de Italia y las fuertes tormentas del norte del país provocaron el martes, 25 de julio, día de Santiago Apóstol, “uno de los días más complicados de las últimas décadas”, según el ministro de la Protección Civil italiana, Nello Musumeci. El sur del país, especialmente Sicilia, fue castigado por las altísimas temperaturas y los incendios, que obligaron a cerrar el aeropuerto de Palermo. Además, las llamas alcanzaron el parque arqueológico de Segesta y afectaron al templo dórico de finales del siglo V antes de Cristo. Las temperaturas, debido al fuego, alcanzaron los 50 grados por la noche. En la provincia de Palermo han trabajado los bomberos para intentar extinguir los incendios que han afectado a las localidades de Alimenusa, Gangi, Blufi, Misilmeri, Cefalù Bolognetta, Santa Flavia, Villabate, Partinico, San Cipirello y Corleone.

Quizá lo más relevante del gran incendio de Roma fueran sus consecuencias. Nerón condenó a los cristianos a ser arrojados a las fieras, los hizo crucificar y los quemó para que sirvieran de antorchas. Tácito describe los hechos como sigue: “En consecuencia, para librarse de la acusación de haber quemado Roma, Nerón buscó rápidamente un culpable, e infringió las más exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. Cristo, de quien toman el nombre, sufrió la pena capital durante el principado de Tiberio de la mano de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y esta dañina superstición, de tal modo sofocada por el momento, resurgió no sólo en Judea, fuente primigenia del mal, sino también en Roma, donde todos los vicios y los males del mundo hallan su centro y se hacen populares…”. La tradición cristiana ve a Nerón como el primer perseguidor de los cristianos y como quien ordenó la ejecución de los apóstoles Pedro y Pablo.

“Quo Vadis”, expresión latina bíblica para “¿A dónde vas?” es una película estadounidense de 1951 del género histórico, basada en la novela homónima de Henryk Sienkiewicz. Dirigida por Mervyn LeRoy, estuvo protagonizada por Robert Taylor, Deborah Kerr, Leo Genn y Peter Ustinov. La historia, ambientada en la antigua Roma durante los últimos años del reinado del emperador Nerón, 64-68 después de Cristo, combina eventos y personajes tanto históricos como ficticios y comprime los eventos clave de ese período en el espacio de solo unas pocas semanas. Su tema principal es el conflicto del Imperio romano con el cristianismo y la persecución de los cristianos en los últimos años de la dinastía Julio-Claudia. A diferencia de su ilustre y poderoso predecesor, el emperador Claudio, Nerón demostró ser corrupto y destructivo, y sus acciones amenazaron finalmente con destruir el orden social previamente pacífico de Roma.

La auténtica causa del fuego todavía se discute. Muchos, especialmente en ese entonces, creyeron que era un incendio provocado, pero nuevas evidencias sugieren muy probablemente que fue simplemente accidental. Tácito observó que el incendio avanzó contra el viento, lo que hasta avanzado el siglo pasado era considerado evidencia de un incendio provocado. Los nuevos estudios demuestran que, como un fuego grande consume el oxígeno alrededor de él, se expandirá hacia fuera para buscar más oxígeno, incluso contra el viento. Los edificios romanos podrían ser especialmente sensibles a esto, ya que generalmente estaban bien ventilados y abiertos en patios interiores por los que las llamas podrían haber entrado. No obstante, las casas de los romanos ricos no solían tener ventanas en las fachadas exteriores.

El reinado de Nerón se asocia comúnmente a la tiranía y la extravagancia. Se lo recuerda por una serie de ejecuciones sistemáticas, incluyendo la de su propia madre y la de su hermanastro británico, y sobre todo por la creencia generalizada de que mientras Roma ardía él estaba componiendo con su lira, además de como un implacable perseguidor de los cristianos. La verosimilitud de los documentos que relatan los tiránicos actos de Nerón es motivo de controversia en la actualidad. Separar la realidad de la ficción, en relación con los escritos clásicos, puede resultar imposible. El otro único historiador vivo entonces, además de Tácito, y que hace referencia al incendio en sus escritos es Plinio el Viejo, y únicamente lo menciona superficialmente, sin dar grandes detalles del mismo. Se ha interpretado aquí que lo consideraba como un siniestro más de los muchos y fortuitos incendios que padecía Roma en la época. El cambio climático y Nerón.

Este pasado 12 de junio falleció Silvio, un político, empresario, inversor, periodista deportivo y magnate de los medios italiano. Ocupó la presidencia del Consejo de ministros de Italia en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). En 2013, la Corte Suprema de Casación lo condenó en forma definitiva a cuatro años de prisión por fraude fiscal. También llegó a ser condenado a siete años de cárcel por prostitución de menores por pagar por servicios sexuales a una menor de edad, ‘Rubygate’, pero en 2014 fue absuelto cuando el Tribunal de Apelación de Milán determinó que Berlusconi “no tenía por qué saber que la joven era menor de edad”. Un articulista italiano titulaba, “Silvio, ¿Julio César o Nerón?”.  Los italianos, creo que siguen ilusionados con llegar a ser un nuevo Berlusconi.

 

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