El acierto de Giammattei
Por Hilde Menéndez Castillo
La emergencia sanitaria internacional desatada por el nuevo coronavirus plantea un escenario complicado para nuestro país. No obstante, Giammattei encuentra la oportunidad en la crisis y opta por impulsar uno de los primeros pasos de reestructura gubernamental en su gestión.
El mandatario anunció la decisión de cerrar la Secretaría de la Paz (Sepaz) y la Secretaría de Asuntos Agrarios (SAA), con lo que no ha faltado la controversia en los medios de comunicación y redes sociales.
Ambas dependencias fueron creadas como parte de las medidas para hacer efectivos los Acuerdos de Paz en las materias de su competencia.
Y si bien su creación fue una medida necesaria, la naturaleza temporal del proceso de justicia transicional que les dio origen implicaba también que su duración debía ser limitada.
Hoy vivimos un régimen democrático mucho más desarrollado en Guatemala, que nos hace cuestionar la necesidad y oportunidad de dichas instancias. Además existen otros criterios que hay que tomar en cuenta para determinar la funcionalidad en el diseño del Gobierno de la República, principalmente el financiero.
Con la nueva decisión del Ejecutivo se dejarán de renovar alrededor de 600 contratos temporales, con lo que se estima se producirá un ahorro anual de aproximadamente Q 100’000,000 (cien millones de quetzales).
Además, sus actividades eran concurrentes con las que ya realizan otras entidades gubernativas. En el caso de la Sepaz, el personal permanente y sus principales programas serán transferidos a la Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en materia de Derechos Humanos (Copredeh).
De esta forma se logra un ahorro financiero importante y una simplificación administrativa, que aportan al cumplimiento del plan de austeridad para apoyar a programas sociales.
Los recursos habilitados de esta manera se destinarán para garantizar la nutrición de 200 mil niños en riesgo, de entre seis y 24 meses de edad, quienes recibirán un suplemento alimenticio durante los próximos cuatro años, gracias a un convenio con el Programa Mundial de Alimentos.
De esta manera no sólo se fortalece el Estado de Derecho, sino que se eficientan las instituciones y se crean programas para impulsar el desarrollo del pueblo guatemalteco, con visión de largo plazo.
Después de este contundente primer paso, Giammattei tiene la oportunidad de continuar revisando dónde y cómo se están realizando gastos innecesarios en el gobierno. Principalmente en las áreas de trabajo, salud y educación, que son las más afectadas por la pandemia y también necesidades prioritarias de la nación.