
Efren Ulises lucha por su vida y pide ayuda a la comunidad
Efren Ulises Uitzil Dzul tiene 39 años y desde hace más de dos años y medio enfrenta una enfermedad silenciosa, dolorosa y devastadora: el lupus eritematoso sistémico, una condición autoinmune que ha deteriorado seriamente su salud y que, sin tratamiento adecuado, amenaza con llevarlo a la insuficiencia renal.
Todo comenzó con un diagnóstico a simple vista por médicos del municipio, quienes, sin contar con los estudios ni equipo necesario, intuyeron que algo andaba mal. Desde entonces, Efrén ha recorrido un largo y doloroso camino por hospitales en Chetumal, Playa del Carmen, Tabasco, Campeche, Cancún y Mérida. En cada uno de ellos recibió promesas, largas esperas y rechazos. Mientras tanto, su cuerpo seguía deteriorándose.

“La enfermedad no espera. Ya tenía coágulos visibles en los brazos, sangrados… era urgente, pero los estudios costaban 20 mil pesos cada uno. ¿De dónde los iba a sacar?”, relata Efrén con voz pausada, marcada por el cansancio físico y emocional.
Su situación se agrava porque no cuenta con seguro social ni con los recursos económicos para costear los medicamentos que necesita para sobrevivir. Solo el micofenolato, uno de los fármacos esenciales para proteger sus riñones, cuesta entre 12 mil y 14 mil pesos y dura apenas cuatro meses. A esto se suman anticoagulantes, vitaminas y esteroides que elevan el gasto a más de 30 mil pesos cada seis o siete meses.
En medio de esta lucha, Efrén no ha estado solo. Su esposa ha sido un pilar incansable, buscando ayuda, tocando puertas y pidiendo apoyo incluso a través de redes sociales. Aun así, enfrentan el escepticismo de quienes lo ven y piensan que está bien. “Sí, me veo bien, pero no saben que el sol me debilita, que el calor me deja sin fuerzas. Es una enfermedad que no se ve por fuera, pero que me consume por dentro”, explica.
Efrén sabe que hay más personas en su misma situación. En su comunidad conoce al menos tres casos similares. Personas que, como él, enfrentan enfermedades raras, costosas, y para el sistema de salud, simplemente, no existen.
Hoy, Efrén lanza un llamado desesperado a la ciudadanía. “Si alguien tiene micofenolato, prednisona, o cualquier medicamento que pudiera servirme, aunque esté guardado en su casa, por favor, no lo desechen. Puede ser la diferencia entre vivir o entrar a diálisis”, suplica.
Su historia no solo refleja una profunda falla en el sistema de salud, sino también la enorme fuerza de alguien que no se rinde, que sigue luchando por su vida y por la esperanza de seguir con su familia.
Cómo ayudar:
Si deseas apoyar a Efrén Ulises Uitzil Dzul con medicamentos, recursos económicos o información que pueda ayudarle, puedes comunicarte directamente con él o con su familia al número 997 127 8724 Porque, aunque el sistema lo ignore, entre todos podemos hacer que su lucha no pase desapercibida. ¿Y si hoy tú eres su esperanza?