
Doña María Isidra: esperanza y lucha desde el mercado del productor
JMM.- En medio del bullicio tímido del mercado del productor, donde los colores y aromas del campo se mezclan con los sueños de quienes trabajan desde el amanecer, Doña María Isidra Mian Huchim se mantiene firme. Con más de ochenta años a cuestas y una vida marcada por el esfuerzo, enfrenta esta temporada decembrina con esperanza, aunque las ventas no han sido las que esperaba. Su pequeño puesto, adornado con frutas frescas, verduras y flores delicadas, es un reflejo de su dedicación y amor por la tierra.
«Gracias a Dios, hay lo suficiente para cubrir los gastos básicos. Espero que la próxima semana, con la Navidad más cerca, las cosas mejoren», comenta mientras organiza con esmero las frutas, verduras y flores que vende en su puesto.
La vida de Doña María ha sido una constante lección de esfuerzo y resiliencia. Desde niña, se dedicó a tejer con huano y a moler nixtamal, actividades que la forjaron como una mujer fuerte y trabajadora. «El tejido de canastas lo hacíamos en cuevas. Era duro, pero era nuestra vida», recuerda con nostalgia y una sonrisa.
Sus manos, marcadas por décadas de trabajo, son testigos de una existencia dedicada a sacar adelante a su familia y a mantener viva una tradición que, como ella, se niega a desaparecer. Cada producto en su puesto lleva el sello de su dedicación y amor por la tierra.
A pesar de las dificultades, Doña María mira al futuro con optimismo. «He aprendido que la vida siempre tiene cosas buenas para uno, aunque a veces tarde en darlas», reflexiona. Su esperanza es que las ventas repunten en los días venideros, cuando la alegría de la Navidad llene las calles y las familias busquen lo mejor para sus celebraciones.
Para quienes visiten el mercado, Doña María no solo ofrece productos frescos del campo, sino también la calidez y el ejemplo de una vida dedicada al trabajo y a la esperanza. En su pequeño puesto, la lucha diaria se convierte en una lección de amor por la vida y fe en un futuro mejor.