Don Chencho: El guardián de la salud ancestral

JMM.- Como un puente entre el pasado y el presente, Ausencio Avilez, conocido como Don Chencho, recorre cada quince días el camino desde Maní, Yucatán, hasta José María Morelos, Quintana Roo, llevando consigo los secretos de la medicina tradicional. En estas comunidades rurales, donde la modernidad a veces no alcanza, su labor se ha convertido en una luz de esperanza para cientos de personas.


En Maní, su tierra natal, Don Chencho atiende a más de 500 personas al mes, muchas de ellas con padecimientos graves como diabetes, colesterol alto y pie diabético. Su conexión con la naturaleza y el poder curativo de las plantas lo han convertido en un referente para quienes buscan alivio más allá de las clínicas convencionales.


“La gente llega buscando soluciones que a veces los médicos no logran darles. Aquí estamos, dándoles un respiro”, comenta con humildad. Sin embargo, sabe que su labor no está exenta de dudas. “Muchos no creen, pero cuando ven mejoras, se convencen”, agrega con una sonrisa.


El poder de la naturaleza en manos de un curandero

El hogar de Don Chencho, en Maní, es un pequeño santuario de hierbas medicinales. “La mata, la planta, tiene lo que necesitamos”, explica, mientras señala con orgullo las plantas que cultiva. Aunque no todos entienden cómo funciona, él está convencido de que las plantas son una fuente inagotable de curación.


En sus viajes a José María Morelos, esta sabiduría ancestral se extiende a otras comunidades, donde también es buscado con fervor. “Allí la gente me espera con ansias cada quince días. En Maní es donde más me buscan, pero no es fácil atender a tantos”, confiesa entre risas.


Un legado que no se detiene
Don Chencho asegura que su práctica, aunque reciente, está cimentada en la tradición. “Dos años trabajando, pero la cosa sigue adelante”, comenta con modestia. A pesar de la incredulidad de algunos, los resultados que logra hablan por sí mismos: mejoras en la salud visual, alivio de dolencias crónicas y una conexión renovada con las raíces de la medicina tradicional.


En cada consulta, este curandero no solo busca sanar cuerpos, sino también mantener viva una tradición que une a las personas con la naturaleza. En regiones como Maní y José María Morelos, donde la medicina moderna y la tradicional se encuentran, Don Chencho demuestra que el saber ancestral sigue siendo vital en la búsqueda del bienestar.

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