
Don Cafeto Por German Gallegos Cruz
CFE, atraco infame
Por German Gallegos Cruz
Atento recado a los indolentes gobernantes.
¿Dónde estarán nuestros representantes populares? ¿Dónde quedaron nuestros derechos humanos? ¿Dónde estará la autoridad que prometió cumplir y hacer cumplir las leyes que nos garanticen humana convivencia? Un pueblo inerme, indefenso ante un robo descarado de quienes nos venden energía eléctrica al precio que se les pegue la gana. Esa empresa paraestatal que pretende venderse como una empresa «de clase mundial». Nos roba, nos humilla, nos veja, sin que nadie impida tales excesos. ¿De qué material estamos hecho los mexicanos que aguantamos tantos maltratos sin alzar la voz? Debo confesar que no soy ajeno de las tropelías que nos receta el gobierno. Cuando se inaugura la administración del presidente Enrique Peña Nieto, mi candor de ranchero iluso me hizo ver una esperanza donde no la había. Observé la habilidad política de algún personero del sempiterno régimen, cuando se logró que todos los partidos políticos comieran en la mano del presidente de la República. Se firmó el Pacto por México. Ese pacto ofrecía la posibilidad de lograr cierta armonía social, según mi inocencia o pendejez. Todos los partidos políticos doblaron la cerviz ante el omnipotente patrón. Y ante esa rara unanimidad, pensé que algo bueno vendría para nuestra patria. Pero qué decepción. Se estaba cocinando el desmantelamiento de las oficiales instituciones. Luego anunciaron las reformas estructurales, entre ellas la energética, que nos tiene al borde de una verdadera confrontación social. El gobierno federal que encabeza Enrique Peña Nieto viene a dar la «puntilla» a las empresas estratégicas del estado mexicano, para favorecer a particulares, con la desincorporación gradual de Pemex y CFE. Esta es la «doctrina» neoliberal que propuso el «padrino» mexicano Carlos Salinas de Gortari. Este proyecto de largo aliento se cumple al pie de la letra con la complicidad de diputados, senadores, lideres políticos, sindicales y de la sociedad civil. Pocos mexicanos se atreven a denunciar este atraco infame. Los directivos menores de la CFE, están en su papel, jugando con nuestra angustia. ¿Pero qué dirá el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell? ¿Se le quitará el sueño al saber que la gente pobre de México pronto no tendrá servicio de energía eléctrica por la incapacidad de pagar los cobros excesivos que hace la empresa de «clase mundial»? ¿Tendrá conocimiento que miles de pequeñas empresas dejarán de existir por no poder pagar su energía eléctrica? Parece que estamos ante un plan macabro y demoniaco, donde el cometido de los poderosos es desaparecer a la gente jodida. Pero deben tomar en cuenta que en caso de llegar al extremo, habrá respuesta. No todo mundo cruzará los brazos para esperar humildemente el aniquilamiento. Ya vimos cómo reacciona la gente cuando se siente acorralada. El ejemplo se vivió en Tulum, donde medio centenar de ciudadanos, sin importar el aguacero bíblico que casi nos ahoga, llegó a protestar a las oficinas de la CFE. El señor Luis Egipto Quijas Padilla, superintendente comercial de la empresa, sintió una probadita del enojo de la gente. Le pedí que observara con responsabilidad este encono social que irá creciendo como una bola de nieve y, que no desestimara la posibilidad de una respuesta violenta de la gente que se siente robada. Es inadmisible que creamos en la bondad de los nuevos medidores de luz. Esos «ladrones» medidores que fabricó una empresa del poblano Carlos Peralta Quintero, amigo personal del presidente Enrique Peña Nieto, se van a instalar a como dé lugar en todo lo largo y ancho de la República Mexicana. Entonces las protestas se multiplicarán y por supuesto que será una piedra en el zapato para el gobierno federal. Parece que el cinismo, la cerrazón y la insensibilidad son el sello de este gobierno. No les importa que esté muy cerca el proceso electoral, donde habrá que relevar a Enrique Peña Nieto como presidente de la República. Quizá le sigan apostado al masoquismo mexicano, a la falta de memoria, a la desinformación histórica de la gente y, crean que aún tienen buena cantidad de votantes que se envolverán en la bandera del PRI para arrojarse al vacío. Parece que éste será el fin de este sistema político que ha desmantelado y saqueado el patrimonio de los mexicanos. Vi muy enojada a la gente. Muchos gritaron consignas contra el partido del presidente de la República. No omitiré aclarar que los afectados con este infame atraco, no son nada más los pobre, si no todas las clases sociales. Pero quienes no podrán pagar su carísimo recibo de luz serán los asalariados y quienes viven en la economía informal por falta de empleo. Así que no digan los directivos de la CFE que no tuvieron conocimiento de la inconformidad de la gente. Ojalá el superintendente comercial haga algo para apaciguar los rencores de los ofendidos usuarios. Que atienda con diligencia y honestidad cada caso planteado. No hay razón para engañar con estrategias de dilación calculada. Hay plazo para la siguiente reunión, donde esperamos satisfactorios resultados.
La frase: Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes. ( Isaac Newton )