Dinero, agiliza el desalojo de sexagenaria analfabeta
PLAYA DEL CARMEN
No es la primera vez que el doctor Jesús Medina Recio mueve influencias y da dinero para apropiarse de propiedades que no son suyas, argumentando que conoce a mucha gente y que no le pueden hacer nada, señalaron familiares y vecinos de Leonor Reyes Muñoz, quien fuera desalojada por la fuerza la tarde del viernes de su casa en la que vivió más de dos décadas.
Alto fue el precio que pagó Reyes Muñoz por confiar en el doctor Medina Recio, quien sin importar la edad de la mujer, la despojó de su patrimonio. La afectada comentó que fue alrededor del año 2000, que éste se le acercó desbordando amabilidad, prometiéndole ayuda para regularizar los papeles de su vivienda, pero en realidad ya le había puesto el “ojo” al terreno ubicado en la esquina de la avenida 30 -la más comercial de Playa del Carmen- con calle 62, en la colonia Colosio, justamente para construir unos locales comerciales; y los ojos le brillaron aún más, cuando supo que doña Leonor no sabía ni leer ni escribir.
El abuso de confianza
A partir de ahí, explicó la afligida mujer, comenzó una serie de irregularidades, en la cuales el doctor le solicitaba acta de nacimiento, credencial de elector y la hacía colocar el garabato que estampa como “firma” en papeles de los que la afectada no se enteraba de su contenido.
“Al doctor lo conocí porque tuve un inquilino que no se quería salir y me quedó a deber 7 meses de renta y era amigo del doctor, y de ahí se me acercó (Jesús Medina Recio) y me dijo que me ayudaría, pero tenía que darle unos papeles y me pedía dinero que para una cosa y otra; ahora que ya me sacó de mi casa, me dice que no le puedo hacer nada porque él es doctor y yo soy una simple tamalera”, lamentó entre lágrimas la sexagenaria.
Ahora, frente a la humilde vivienda se encuentran acumuladas sus pertenencias, donde vecinos en apoyo han colocado unas cartulinas en las que puede leerse el rechazo a Jesús Medina Recio, pues al parecer no es la primera vez que corrompe las leyes para apropiarse a la mala de predios, que luego convierte en negocios.
“Fui a poner la respectiva denuncia de lo que me hicieron y me comentaron que el expediente estaba mal y que ahora tengo que esperar la respuesta, pero este pleito ya lleva años y siempre me dicen lo mismo, hasta ayer que me sacaron. Lo peor, es que ahora todo tiene candados y ni puedo pasar, ni hay nadie adentro, y no tengo otro lugar para dejar mis pocas pertenencias”, concluyó.
Por Luis García > Quequi