Despoja ‘aboganster’ a un comerciante

 

El tráfico de influencias y abuso de autoridad que impera entre notarías de Quintana Roo, quedó al descubierta después de que se conociera la intromisión del director general de Notarías en el estado, Guillermo Escamilla Angulo, quien haciendo uso de poder, falsificó documentos para despojar a un comerciante de Cancún de tres hectáreas de tierra en la zona arqueológica de Oxtankah en el poblado de Calderitas en el municipio de Othón P. Blanco, con un valor superior a los dos millones de pesos.

De acuerdo al abogado, Jorge Alejandro Canché Valdez, representante legal del comerciante Santiago Israel Mota y Pérez, desde el año 2010 iniciaron un juicio civil en contra de Arturo Pasos, supuesto propietario de uno de los cuatro predios que fueron rematados, los cuales fueron adquiridos por su cliente; sin embargo, en acciones gansteriles y tráfico de influencias le pagaron a funcionarios del Registro Público de la Propiedad, así como al Director de Notarías para que certificara que estas tierras le pertenecían legalmente.

En este sentido se pudo establecer que lo curioso del caso es que esta resolución es del año 2011, cuando el remate se hizo en el 2010, aseguró que el tráfico de influencias y abuso de autoridad con la que han actuado funcionarios de los gobiernos federal, estatal y municipal, han propiciado que inversionistas de otros estados sean sorprendidos con la compra-venta de terrenos con alta plusvalía en Quintana Roo.

Canché Valdez indicó que todo este tipo de hechos se encuentra asentado en el Juicio Ejecutivo Mercantil 169/2010, donde se han presentado las pruebas correspondientes que le dan la razón; sin embargo, hasta el momento el juez que lleva la causa no ha emitido resolución alguna, por lo que se pide la pronta intervención del Presidente del Poder Judicial en Quintana Roo, Fidel Villanueva Rivero, para que se dé una solución favorable a esta demanda y evitar que continúe el tráfico de influencias que afecta la verdadera aplicación de la ley en el Estado.

Por Sergio López Lara-Quequi

Foto: Sergio López Lara-Quequi

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